La nueva posibilidad.



Basándome en dos lecturas llamadas “Medios de comunicación comunitaria: entre los deseos y los espejismos de la ciudadanía” de Julio Eduardo Benavides y “Campos culturas populares y comunicación participativa: en la ruta de las re-definiciones” de Rosa María Alfaro Moreno. Hago este ensayo para exponer mi comprensión sobre el tema.

El mundo cambiante y rápido del siglo XX, abrió muchas puertas y rompió muchos esquemas participativos de la sociedad. El pueblo o el individuo común, recibió muchas nuevas libertades después de la caída del socialismo y de diversas revoluciones en el mundo. Si volvemos a dividir los poderes comunicacionales en dos, nos vuelven a quedar dos campos: El Comercial, movido por empresarios y empresas acaudaladas, necesarias para crear audiencias, y el comunitario, nueva rama de la comunicación, la cual busca involucrar a las personas comunes en los procesos de dialogo, etc.

Sabemos por otra parte que la falta de recursos es una parte importante de los medios de comunicación comunitaria, los cuales buscan de alguna manera “copiar” los mecanismos comerciales para labrarse un camino hacia lo que se puede llamar el “éxito”, cayendo a veces en errores innecesarios para el medio. La radio en su momento abrió muchas puertas y canales de comunicación, y al parecer es el medio favorito de la actual corriente comunitaria, pero están tergiversando la idea principal de su misión.

La comunicación comunitaria busca dar participación activa a pequeñas comunidades organizadas, así como a individuos que posean alguna iniciativa para mejorar ciertas deficiencias en lo social. La comunicación comunitaria entonces lo que persigue es llenar los vacíos que nos va dejando la globalización del planeta sumándose a los vacíos que existían en nuestras sociedades, buscar el desarrollo individual de ciertos sectores marginados por así decirlo.

Entonces entran a jugar diferentes factores, por ejemplo la comunidad y su organización y la educación comunicacional. Respecto a esta ultima, podemos dividirla en dos partes, la parte humana y la parte política, pero las dos se relacionan haciendo énfasis en el esquema de siempre, el emisor y el receptor, entonces ya es responsabilidad del comunicador comunitario, la distribución de información y la calidad de esta, siendo todo parte de la democracia en que vivimos.

Por otro lado, la comunidad puede aprovechar los medios que se ponen al frente, como las radios comunitarias, para dar educación a los sectores culturales populares, para que estos influyan en cada individuo y así se forme una nueva comunicación, la que denominaremos, la comunicación actual, del nuevo siglo, globalizada, pero a la vez personalizada.

Tenemos por otro lado, las deficiencias del estado, que al final disfrazan la comunicación comunitaria como una forma de libertad, cuando en realidad también han sometido a estos medios a sus leyes y legislaciones, limitándolos en ciertos puntos.

La verdadera comunicación comunitaria debe ser autoritaria, una especie de pequeña dictadura mediática, que busque suplir las deficiencias y necesidades de las comunidades organizadas y construir colectividades.

Claro que no debemos confundir esta libertad, con un libertinaje intelectual y dejar que se filtren en los medios comunitarios ideas erróneas o destructivas para las comunidades, muchas veces disfrazadas con promesas y favores de los lideres comunitarios.

Lo que en realidad busca la comunicación comunitaria es abrir canales de participación a las sociedades que generalmente no los tienen, o las comunidades que por algún motivo no han logrado tener los medios para cumplir sus metas.

Mucha gente confunde y minimiza la palabra “Comunidad” a los sectores mas marginados de la sociedad, cuando en realidad, hay sectores en todas las clases sociales, incluso en las mas altas, que necesitan estos recursos.

Volvemos a la eterna guerra entre lo comercial y lo comunitario, en donde el dinero juega un papel fundamental, entre más dinero, más alcance y entre menos dinero, menos interés de parte del publico. Hay que buscar una forma en que estos medios comunitarios puedan realizar su misión pero siempre siendo atractivos hacia su publico, recuerden que la comunicación comunitaria nos brinda la ventaja de poder personalizar la información hacia la comunidad y no de generalizarla como en las grandes cadenas comerciales.

Las lecturas nos hablan del boom de medios alternativos de los 70s y 80s, que lamentablemente fueron reducidos a la clase “medios comunitarios”, limitando así un desarrollo increíble para el futuro. Para concluir, creo que el problema es la confusión de los términos “comunitarios” y “popular” y esto en parte se debe a la mala publicidad que recibimos diariamente que nos indica que estas palabras significan “marginación” y “Pobreza”, cuando en realidad pueden llegar a tener un alcance igual o mayor al de los medios “Grandes”, “Comerciales” o “Masivos”.

El cambio de concepción para estos medios debe empezar por los líderes de los mismos, quienes a veces se aprovechan de recursos como las ONGs, para recaudar dineros que no necesariamente irán a los canales comunitarios y sí entorpecen la misión que se trazaron.

13 de noviembre de 2005

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