Como siempre es difícil escribir sobre estos temas sin caer en la retórica, por que al final, la retórica es un arma que usan las narrativas para ejercer el control deseado sobre el receptor. Podemos hablar como dice la lectura de algunas crisis, pero es mejor utilizar conceptos mas amplios, las narrativas vistas de un modo meramente comunicador de ideas, no pueden ejercer ninguna presión cuando no se acompaña de un mecanismo ideológico fuerte.
Un ejemplo claro son las narrativas que surgen en cualquier cambio de la historia, si vemos la publicaciones de la “Historia Oficial” estas tienen sus maneras de controlar la sociedad, dejando en la oscuridad una cantidad de narrativas que son validas pero que tal vez no convienen a ciertos intereses mostrarlas a la Luz.
¿Qué pasa con todos los libros del narcotráfico que se han escrito solamente después de que todo paso?, ¿O el relato de un naufrago que le costo el exilio a García Márquez?
Para ser mas concreto aun, hace poco tiempo un “Periodista” de El tiempo publico lo que parecía ser un extenso reportaje sobre la situación actual de El Salvador, en el articulo (de 6 paginas), lo hacia ver como el “EDEN” centro americano después de la guerra, lo calificaba como un país sin problemas y prospero, sin pensar tal vez que muchos lectores querrían incluso viajar a buscar una mejor vida en el país y se van a chocar con una cruda y violenta realidad que se vive hoy en día en el Salvador, aterrado incesantemente por pandilleros deportados y presiones políticas de lado a lado, un país donde no te dejan progresar por que todo el poder económico y político descansa en un reducido numero de familias tradicionales y donde todas las fuerzas políticas y publicas son manejadas y sobornadas y los medios tienen todo menos “Libertad” además de que son arcaicos.
La libertad como elemento de control es un arma poderosa, pero dicho esto, ¿hasta donde llega nuestra libertad?, la comunicación y las herramientas narrativas, deben manejarse de una manera absolutamente responsable.
En los últimos tiempos, a medida que el mundo avanza y se vuelve un poco más fácil encontrar medios alternativos de expresión, las narrativas cobran fuerza en las sub. Culturas contestatarias, revolucionarias y rebeldes, cosa que hace muy poco tiempo no se podía hacer, tomemos como ejemplo el rock en la revolución argentina, opacado, masacrado a balazos y encerrado por un régimen corrupto, por otro lado hoy en día se gesta el movimiento Neo Punk en Colombia en donde sus símbolos anarquistas y sus canciones se convierten en himnos de nuevas generaciones.
Las narrativas se convierten pues, en armas poderosas de lado y lado, el control social que se pueda ejercer de ellas, depende de la posición socio económica que las produzca.
14 de noviembre de 2006