Un chiste que me contaron hace tiempo me tiene pensando bastante. La historia dice que cuando Dios creó el planeta dejó lo mejor para el final y dijo –Voy a crear una tierra maravillosa, bañada por dos mares y con todos los pisos térmicos para que crezca ahí toda vegetación y todo ser vivo- Y sus ángeles lo miraban asombrados – Les daré cosas tan increíbles como un nevado en la playa y una selva hermosa, pulmón del mundo- y así, iba enumerando Dios todo lo que iba a crear en esta tierra mientras los querubines se asombraban cada vez más. Y cuentan que entonces llegó el diablo y gritando feliz, lo interrumpió preguntado -¿Puedo colocar yo la gente, puedo, puedo?
Ser un hijueputa ya no se considera una ofensa en algunos países, la expresión se usa desde hace siglos y ha pasado por varias mutaciones desde el famoso -hi de puta- en el Quijote hasta el jueputa que hoy por hoy se ha hecho normal en estas calles, de hecho en Colombia las groserías y los insultos son normales, uno de los saludos más fraternales en alguna zona del país es -¿Entonces que gonorreíta?- ¡eso es amor!, ¡eso es cariño en esta tierra! ¿Ole gran hijueputa que ha pasado? Es un saludo de confianza, el hijueputa ese, eso es una putería, que cosa más hijueputa y todas las formas que usted lector se pueda imaginar quedan cortas en Colombia, acá hay hijueputas, doblehijueputas, triplehijueputas, catrehijueputas, setentahijueputas y trastanutas. Un trastanuta es una persona que es mil doscientas cuarenta y dos veces un hijo de la gran puta y todos caemos al menos en una de esas categorías.
En Colombia, mi patria, la gente actualmente está confundida, descarriada como la peor oveja negra de la que se haya escuchado hablar. A diferencia de otros países en donde por absurda que sea la pelea esta tiene algún motivo, sea religioso, sea político, sea territorial, en esta tierra se pelea por todo y por nada. Lo peor es que la gente pelea sin motivo y de manera ignorante porque muy pocos en realidad tienen una preparación o una educación para poder pelear con argumentos claros y convincentes, para poder llevar a cabo un debate, no señor, es este país usted es un hijueputa y ya… y todo el que tenga plata es un doctor. Es más, el 90% de la población de este país no tiene ni idea que significa la palabra “doctor”, uno de los más prominentes que tuvimos fue Pablo Escobar,-el doctor Pablo-, que todavía usan como amenaza en los memes de las redes sociales para seguir diciéndole al planeta que acá somos asesinos, drogadictos, narcos y que nuestra forma de hacer las cosas es que, si no salen como queremos pues los matamos.
Nada más alejado de la realidad, el colombiano promedio en realidad es cobarde, acá los malos de verdad son malos, matan a su mamá y nada les importa más que el dinero y tener sexo con alguna cualquiera, a eso se resume la vida de gran parte de la población de este país y sin miedo a disfrazarlo porque nadie habla de otra cosa más que de mujeres, hombres y dinero. Pero existe otro tipo de colombiano que es buena persona pero es malvado solo en las redes sociales, de frente saludan de mano y beso, es asesino en Facebook pero no sale a la calle de noche por miedo. Juramos que nos tienen pánico en el exterior pero la verdad es que nos tienen fastidio, nos odian y generalmente nos matan.
Estamos muy, muy confundidos. Todo se debe a un factor sencillo, todo se resume a una sola palabra: “necesidad”. Somos necesitados, todo mundo vive en estado de necesidad pensando en el arriendo y los servicios, en la comida, pero cómo no, si un médico se gana 500 dólares y el sueldo mínimo es de doscientos que no alcanza ni para vivir como un indigente. Entonces esa necesidad crea la desesperanza, una falta de optimismo basado en que nos han mentido toda la vida y que acá no funciona nada, acá no funciona el ejército, la policía, el gobierno, la justicia, la Internet, en Colombia no funciona nada, absolutamente nada, la educación es la peor del mundo, el fútbol mueve masas pero desmotiva porque jamás ganan nada, en esta patria parece que lo único que sale medianamente bien es el Carnaval de Barranquilla y el Festival Vallenato, de resto, es un juego, la vida es un juego aburridor, vivir acá es un juego que siempre se pierde.
¿Y los borregos? Resignados, polarizados, pintados de azul y de rojo de la manera más estúpida en que una persona pueda ser manipulada, vapuleada y sometida. Los habitantes encerrados en mentes pequeñas y cuadriculadas pensando que lo que nos sucede es culpa de los alcaldes o de los que gobiernan, defendiéndolos como si fueran deidades, adorando cosas tan paupérrimas que damos lastima, ni siquiera podríamos entrar en la categoría de humanos, creo que el término que mejor se ajusta a nosotros es el de homúnculos.
Ustedes creerán que exagero, si es que llegaron hasta este punto de la lectura, porque puedo apostar que más del 80% de los que morbosamente por el título comenzaron a leer este pequeño ensayo ya no se encuentran en este párrafo, se fueron, porque el colombiano no lee, porque le da pereza, porque no le interesa nada, no le interesa sino pensar en cómo va a comer mañana y como va a cobrar las deudas que le deben y pagar las que tiene, la vida del colombiano es tan miserable que se convirtió única y exclusivamente en la búsqueda de la riqueza, pero eso sí, la fácil, la que es ya, la del “cómo voy yo ahí”, “el amigo del amigo que tiene otro amigo”, “a papaya puesta papaya partida”, “Hecha la ley hecha la trampa”. Muchos creerán que exagero pero lamentablemente la noticia que les tengo es que el mundo no es como nosotros lo tenemos en la cabeza sino como es, y ¿Cómo es? Colombia no sirve como patria, a pesar de ser un paraíso terrenal, sus habitantes somos de lo peor que hay en el planeta.
¿Por qué? Porque esa necesidad de la que hablamos, que entonces fue causada por el engaño de quienes elegimos para gobernarnos y la mala praxis de la justicia, se convierte en individualismo, en desapego por los demás, en falta de compromiso social y la gente comienza a pensar única y exclusivamente en ellos como individuos y tal vez en su familia más cercana, la consigna entonces es “lo mío es lo que importa, el resto de hijos de puta que coman mierda”. Por eso entonces sucede lo que sucede. Ese odio absoluto de todos contra todos y de buscar un culpable que pueden ser todos menos yo, porque eso sí, todos los colombianos somos dioses, deidades bajadas del maldito Olimpo en donde todos somos perfectos y jamás nos equivocamos y cada uno es poseedor de la verdad y punto. Al que no le gustó esa posición entonces debe enfrentarse como un animal salvaje a golpes o a bala contra el otro o sencillamente ser puesto a un lado, vetado y excluido por los ignorantes que generalmente tienen en este país los puestos de poder.
Ya lo decía el político Chileno Jorge Arrate: “La sociedad expresa, cada vez que puede, aspiraciones que el sistema político no registra cabalmente. Los ciudadanos, por exclusión, autoexclusión, desesperanza o sometimiento a la disciplina social, son rehenes de un mecanismo cuya sensibilidad está cada día más desmarcada del sentir popular.” Y es la verdad, la sociedad colombiana es un reflejo de los malos manejos de todo el que puede afectar la vida de otras personas y tiene un puesto de poder, esta es una patria vendida en donde suceden cosas que en otros países fueron erradicadas hace varios siglos. Aunque no lo crean acá basta con ir a una fiscalía y decir que una persona es una hija de puta e inventarle una historieta para que sea juzgada y condenada sin ningún proceso más que con la moralidad del juez de turno, a quien generalmente no le interesa la justicia y como única prueba toma el testimonio, que se ha demostrado en Colombia se compra con menos de un dólar, acá se compran morales y testimonios al precio de una Coca-Cola
Lupa a cartel de falsos testigos:
http://www.elespectador.com/noticias/investigacion/lupa-cartel-de-falsos-testigos-articulo-512390
Falsos testigos: Cartel que condena a inocentes:
http://www.eluniversal.com.co/cartagena/falsos-testigos-cartel-que-condena-inocentes-193132
El cartel de falsos testigos desacredita la justicia del país:
http://www.semana.com/nacion/articulo/fiscalia-investiga-cartel-de-falsos-testigos/425085-3
Coloquemos un ejemplo fácil y que a la vez resulta tan absurdo que demuestra lo ignorante del pueblo y lo inocente del imaginario. El actual ministro de energía de Los Estados Unidos según varias biografías en Internet y según Wikipedia es Steven Chu, quien recibió el Premio Nobel de Física en 1997 por su trabajo independiente y pionero en el enfriamiento y atrapado de átomos usando luz láser.
Chu se graduó en la Universidad de Rochester, Nueva York, en 1970, con un B.S en física y un A.B. en matemática. Consiguió su doctorado en físicas en 1976, en la Universidad de California, Berkeley, de donde fue "postdoctoral fellow" entre 1976 y 1978.
Se incorporó a la plantilla de los Laboratorios Bell de Murray Hill, Nueva Jersey, en 1978. Más tarde se convirtió en director del departamento de investigación en electrónica cuántica en los Laboratorios AT&T Bell de Holmdel, Nueva Jersey, en 1983.
https://es.wikipedia.org/wiki/Steven_Chu
Mientras que nuestro honorable ministro de minas y energía según la página del ministerio es Tomás González Estrada, Máster en Ciencias de la Economía y PhD en Economía de la Universidad de Londres.
La pregunta es ¿Se imaginan que puede hablar el Doctor Tomás Gonzales con el Nobel Chu? ¿De verdad se imaginan el papel de imbéciles que haríamos en una convención de energía? Por favor, este es el único país en donde un economista es ministro de energía y un politólogo es encargado de comunicaciones en Idartes. Es sencillamente ridículo. ¿Y el pueblo? Bien gracias, no les interesa, ni siquiera lo saben.
-La diferencia engendra odio- dijo Henri Beyle Stendhal, y muchos ven el odio como algo malo, pero en Colombia el odio se convirtió en el motor de la envidia, en el motor del deseo de lo que no se puede tener y todo el mundo odia a todo el mundo, los de izquierda a los de derecha, los de derecha al guerrillero, el guerrillero al rico, el rico al pobre y es una cadena de odios tan significativa que el más alto número de homicidios en Bogotá es a consecuencia de las riñas entre ciudadanos o las riñas entre vecinos, es decir, no nos soportamos ni a nosotros mismos, sencillamente nos detestamos unos a otros. Y en palabras de Jean De La Bruyère -La envidia y el odio van siempre unidos. Se fortalecen recíprocamente por el hecho de perseguir el mismo objeto-
¿A quién se le pide ayuda? Si este es un país en donde uno ve un policía y se asusta. La policía es en gran parte tan corrupta que da miedo, a diario los periódicos y los medios digitales sacan en promedio dos o tres noticias que tiene que ver con la corrupción en la institución. Entonces, ¿Si el sistema judicial no sirve por corrupto y porque sencillamente no funciona? y la policía es corrupta ¿Qué más queda? Pues una ciudad en donde según la teoría de las especies quien sobrevive es quien se adapte y generalmente quien se adapta es el más fuerte. Por eso vemos ahora ciudadanos matando ladrones, taxistas linchando a Uber y ejércitos privados y pequeños como las tribus urbanas y pandillas que atacan en manada y tienen territorios. Es lo normal en Colombia, la sociedad más feliz del mundo, el país más rico del planeta, a los que nos tienen miedo, los que le dijimos -negro hijueputa- al presentador de Miss Universo y de hecho al único país del mundo al que le interesa Miss Universo más que los problemas sociales.
Condenan a cuatro policías por violación de una niña en CAI de B/manga:
http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/condenan-a-cuatro-policias-por-violacion-de-una-nina-en-cai-de-bucaramanga/16455898
Condenan a policía a 33 años de prisión por secuestro de familia en Turbo: http://www.elcolombiano.com/antioquia/seguridad/condenan-a-policia-a-33-anos-de-prision-por-secuestro-de-familia-en-turbo-FK2936124
Ser un hijueputa ya no se considera una ofensa en algunos países, la expresión se usa desde hace siglos y ha pasado por varias mutaciones desde el famoso -hi de puta- en el Quijote hasta el jueputa que hoy por hoy se ha hecho normal en estas calles, de hecho en Colombia las groserías y los insultos son normales, uno de los saludos más fraternales en alguna zona del país es -¿Entonces que gonorreíta?- ¡eso es amor!, ¡eso es cariño en esta tierra! ¿Ole gran hijueputa que ha pasado? Es un saludo de confianza, el hijueputa ese, eso es una putería, que cosa más hijueputa y todas las formas que usted lector se pueda imaginar quedan cortas en Colombia, acá hay hijueputas, doblehijueputas, triplehijueputas, catrehijueputas, setentahijueputas y trastanutas. Un trastanuta es una persona que es mil doscientas cuarenta y dos veces un hijo de la gran puta y todos caemos al menos en una de esas categorías.
En Colombia, mi patria, la gente actualmente está confundida, descarriada como la peor oveja negra de la que se haya escuchado hablar. A diferencia de otros países en donde por absurda que sea la pelea esta tiene algún motivo, sea religioso, sea político, sea territorial, en esta tierra se pelea por todo y por nada. Lo peor es que la gente pelea sin motivo y de manera ignorante porque muy pocos en realidad tienen una preparación o una educación para poder pelear con argumentos claros y convincentes, para poder llevar a cabo un debate, no señor, es este país usted es un hijueputa y ya… y todo el que tenga plata es un doctor. Es más, el 90% de la población de este país no tiene ni idea que significa la palabra “doctor”, uno de los más prominentes que tuvimos fue Pablo Escobar,-el doctor Pablo-, que todavía usan como amenaza en los memes de las redes sociales para seguir diciéndole al planeta que acá somos asesinos, drogadictos, narcos y que nuestra forma de hacer las cosas es que, si no salen como queremos pues los matamos.
Nada más alejado de la realidad, el colombiano promedio en realidad es cobarde, acá los malos de verdad son malos, matan a su mamá y nada les importa más que el dinero y tener sexo con alguna cualquiera, a eso se resume la vida de gran parte de la población de este país y sin miedo a disfrazarlo porque nadie habla de otra cosa más que de mujeres, hombres y dinero. Pero existe otro tipo de colombiano que es buena persona pero es malvado solo en las redes sociales, de frente saludan de mano y beso, es asesino en Facebook pero no sale a la calle de noche por miedo. Juramos que nos tienen pánico en el exterior pero la verdad es que nos tienen fastidio, nos odian y generalmente nos matan.
Estamos muy, muy confundidos. Todo se debe a un factor sencillo, todo se resume a una sola palabra: “necesidad”. Somos necesitados, todo mundo vive en estado de necesidad pensando en el arriendo y los servicios, en la comida, pero cómo no, si un médico se gana 500 dólares y el sueldo mínimo es de doscientos que no alcanza ni para vivir como un indigente. Entonces esa necesidad crea la desesperanza, una falta de optimismo basado en que nos han mentido toda la vida y que acá no funciona nada, acá no funciona el ejército, la policía, el gobierno, la justicia, la Internet, en Colombia no funciona nada, absolutamente nada, la educación es la peor del mundo, el fútbol mueve masas pero desmotiva porque jamás ganan nada, en esta patria parece que lo único que sale medianamente bien es el Carnaval de Barranquilla y el Festival Vallenato, de resto, es un juego, la vida es un juego aburridor, vivir acá es un juego que siempre se pierde.
¿Y los borregos? Resignados, polarizados, pintados de azul y de rojo de la manera más estúpida en que una persona pueda ser manipulada, vapuleada y sometida. Los habitantes encerrados en mentes pequeñas y cuadriculadas pensando que lo que nos sucede es culpa de los alcaldes o de los que gobiernan, defendiéndolos como si fueran deidades, adorando cosas tan paupérrimas que damos lastima, ni siquiera podríamos entrar en la categoría de humanos, creo que el término que mejor se ajusta a nosotros es el de homúnculos.
Ustedes creerán que exagero, si es que llegaron hasta este punto de la lectura, porque puedo apostar que más del 80% de los que morbosamente por el título comenzaron a leer este pequeño ensayo ya no se encuentran en este párrafo, se fueron, porque el colombiano no lee, porque le da pereza, porque no le interesa nada, no le interesa sino pensar en cómo va a comer mañana y como va a cobrar las deudas que le deben y pagar las que tiene, la vida del colombiano es tan miserable que se convirtió única y exclusivamente en la búsqueda de la riqueza, pero eso sí, la fácil, la que es ya, la del “cómo voy yo ahí”, “el amigo del amigo que tiene otro amigo”, “a papaya puesta papaya partida”, “Hecha la ley hecha la trampa”. Muchos creerán que exagero pero lamentablemente la noticia que les tengo es que el mundo no es como nosotros lo tenemos en la cabeza sino como es, y ¿Cómo es? Colombia no sirve como patria, a pesar de ser un paraíso terrenal, sus habitantes somos de lo peor que hay en el planeta.
¿Por qué? Porque esa necesidad de la que hablamos, que entonces fue causada por el engaño de quienes elegimos para gobernarnos y la mala praxis de la justicia, se convierte en individualismo, en desapego por los demás, en falta de compromiso social y la gente comienza a pensar única y exclusivamente en ellos como individuos y tal vez en su familia más cercana, la consigna entonces es “lo mío es lo que importa, el resto de hijos de puta que coman mierda”. Por eso entonces sucede lo que sucede. Ese odio absoluto de todos contra todos y de buscar un culpable que pueden ser todos menos yo, porque eso sí, todos los colombianos somos dioses, deidades bajadas del maldito Olimpo en donde todos somos perfectos y jamás nos equivocamos y cada uno es poseedor de la verdad y punto. Al que no le gustó esa posición entonces debe enfrentarse como un animal salvaje a golpes o a bala contra el otro o sencillamente ser puesto a un lado, vetado y excluido por los ignorantes que generalmente tienen en este país los puestos de poder.
Ya lo decía el político Chileno Jorge Arrate: “La sociedad expresa, cada vez que puede, aspiraciones que el sistema político no registra cabalmente. Los ciudadanos, por exclusión, autoexclusión, desesperanza o sometimiento a la disciplina social, son rehenes de un mecanismo cuya sensibilidad está cada día más desmarcada del sentir popular.” Y es la verdad, la sociedad colombiana es un reflejo de los malos manejos de todo el que puede afectar la vida de otras personas y tiene un puesto de poder, esta es una patria vendida en donde suceden cosas que en otros países fueron erradicadas hace varios siglos. Aunque no lo crean acá basta con ir a una fiscalía y decir que una persona es una hija de puta e inventarle una historieta para que sea juzgada y condenada sin ningún proceso más que con la moralidad del juez de turno, a quien generalmente no le interesa la justicia y como única prueba toma el testimonio, que se ha demostrado en Colombia se compra con menos de un dólar, acá se compran morales y testimonios al precio de una Coca-Cola
Lupa a cartel de falsos testigos:
http://www.elespectador.com/noticias/investigacion/lupa-cartel-de-falsos-testigos-articulo-512390
Falsos testigos: Cartel que condena a inocentes:
http://www.eluniversal.com.co/cartagena/falsos-testigos-cartel-que-condena-inocentes-193132
El cartel de falsos testigos desacredita la justicia del país:
http://www.semana.com/nacion/articulo/fiscalia-investiga-cartel-de-falsos-testigos/425085-3
Coloquemos un ejemplo fácil y que a la vez resulta tan absurdo que demuestra lo ignorante del pueblo y lo inocente del imaginario. El actual ministro de energía de Los Estados Unidos según varias biografías en Internet y según Wikipedia es Steven Chu, quien recibió el Premio Nobel de Física en 1997 por su trabajo independiente y pionero en el enfriamiento y atrapado de átomos usando luz láser.
Chu se graduó en la Universidad de Rochester, Nueva York, en 1970, con un B.S en física y un A.B. en matemática. Consiguió su doctorado en físicas en 1976, en la Universidad de California, Berkeley, de donde fue "postdoctoral fellow" entre 1976 y 1978.
Se incorporó a la plantilla de los Laboratorios Bell de Murray Hill, Nueva Jersey, en 1978. Más tarde se convirtió en director del departamento de investigación en electrónica cuántica en los Laboratorios AT&T Bell de Holmdel, Nueva Jersey, en 1983.
https://es.wikipedia.org/wiki/Steven_Chu
Mientras que nuestro honorable ministro de minas y energía según la página del ministerio es Tomás González Estrada, Máster en Ciencias de la Economía y PhD en Economía de la Universidad de Londres.
La pregunta es ¿Se imaginan que puede hablar el Doctor Tomás Gonzales con el Nobel Chu? ¿De verdad se imaginan el papel de imbéciles que haríamos en una convención de energía? Por favor, este es el único país en donde un economista es ministro de energía y un politólogo es encargado de comunicaciones en Idartes. Es sencillamente ridículo. ¿Y el pueblo? Bien gracias, no les interesa, ni siquiera lo saben.
-La diferencia engendra odio- dijo Henri Beyle Stendhal, y muchos ven el odio como algo malo, pero en Colombia el odio se convirtió en el motor de la envidia, en el motor del deseo de lo que no se puede tener y todo el mundo odia a todo el mundo, los de izquierda a los de derecha, los de derecha al guerrillero, el guerrillero al rico, el rico al pobre y es una cadena de odios tan significativa que el más alto número de homicidios en Bogotá es a consecuencia de las riñas entre ciudadanos o las riñas entre vecinos, es decir, no nos soportamos ni a nosotros mismos, sencillamente nos detestamos unos a otros. Y en palabras de Jean De La Bruyère -La envidia y el odio van siempre unidos. Se fortalecen recíprocamente por el hecho de perseguir el mismo objeto-
¿A quién se le pide ayuda? Si este es un país en donde uno ve un policía y se asusta. La policía es en gran parte tan corrupta que da miedo, a diario los periódicos y los medios digitales sacan en promedio dos o tres noticias que tiene que ver con la corrupción en la institución. Entonces, ¿Si el sistema judicial no sirve por corrupto y porque sencillamente no funciona? y la policía es corrupta ¿Qué más queda? Pues una ciudad en donde según la teoría de las especies quien sobrevive es quien se adapte y generalmente quien se adapta es el más fuerte. Por eso vemos ahora ciudadanos matando ladrones, taxistas linchando a Uber y ejércitos privados y pequeños como las tribus urbanas y pandillas que atacan en manada y tienen territorios. Es lo normal en Colombia, la sociedad más feliz del mundo, el país más rico del planeta, a los que nos tienen miedo, los que le dijimos -negro hijueputa- al presentador de Miss Universo y de hecho al único país del mundo al que le interesa Miss Universo más que los problemas sociales.
Condenan a cuatro policías por violación de una niña en CAI de B/manga:
http://www.eltiempo.com/colombia/otras-ciudades/condenan-a-cuatro-policias-por-violacion-de-una-nina-en-cai-de-bucaramanga/16455898
Condenan a policía a 33 años de prisión por secuestro de familia en Turbo: http://www.elcolombiano.com/antioquia/seguridad/condenan-a-policia-a-33-anos-de-prision-por-secuestro-de-familia-en-turbo-FK2936124
Condenan a policías por desaparición de tres jóvenes de La Estrella:
http://www.elcolombiano.com/historico/condenan_a_policias_responsables_de_desaparicion_de_tres_jovenes_de_la_estrella-GXEC_296202
Condenan patrullero de la Policía por clonar tarjetas bancarias:
http://www.laopinion.com.co/colombia/condenan-patrullero-de-la-policia-por-clonar-tarjetas-bancarias-106926#ATHS
Condenan a coronel de la policía colombiana por narcotráfico:
http://www.20minutos.com/noticia/33408/0/condenan-a-coronel-de-la-policia-colombiana-por-narcotrafico/#xtor=AD-1&xts=513357
Entonces muchos estamos cansados de tratar de amar esta patria llena de hijueputas y de ser sus víctimas, estamos cansados de ver que muchos creen que un carro es una “bendición de Dios”, de tratar de salir adelante que literalmente es dejar a los demás atrás, estamos cansados de pagar mercados más caros que los de Finlandia y de ganar menos que en Somalia, cansados de competir de maneras ilegales e inmorales, cansados de “yo entro primero al Transmilenio, yo salgo primero”, yo lo quiero todo. De ser una oveja para una manada de lobos, en resumen estamos cansados de esta caterva de hijueputas que viven en mi patria y que vemos tan difícil cambiar. ¿No me cree? Salga a la calle y hable con cualquier colombiano, con el que sea, algo tiene que decir. ¿Qué vamos a hacer? Solo hay dos opciones, o nos matamos entre todos nosotros los hijueputas o comenzamos a cambiar la forma de ser, no educamos y le dejamos a nuestros hijos solo un mal recuerdo de esta generación estúpida, de esta generación imbécil que será recordada por los siglos de los siglos como la más ignorante, destructiva y violenta que algún día piso este mundo y de la que todos, todos hacemos parte.
Más se unen los hombres para compartir un mismo odio que un mismo amor
-Jacinto Benavente-
Por: Felipe Szarruk
Músico y comunicador social, maestrante en Estudios Artísticos de la ASAB/U. Distrital de Bogotá y estudiante de especialización en Educación Superior a distancia en la UNAD.
Imagen. Silent Hill Pyramid Head by antarion