Debo escribir este artículo en primera persona porque usaré momentos
propios para ilustrar algunos ejemplos sobre el tema. Nada mejor que desde mi
punto de enunciación apoyarme para confirmar que todo lo dicho acá es cierto.
Un día estaba yo en las salas de cine en Unicentro en los
años noventa en Bogotá, recuerdo aun la película: “Black Rain”, era una función
en la mañana. Cuando la película llevaba ya un buen rato, un hombre con
uniforme ingresó a la sala y dejo muy cerca mío una bolsa de basura. Continué
viendo la cinta sin dejar de estar inquieto por la bolsa, después de un buen
rato me levanté de la silla, toque con el pie la bolsa y sentí que su contenido
era duro, por lo tanto, lleno de terror me salí de la sala y me fui a casa. Afortunadamente
nunca pasó nada.
¿Por qué esta reacción? Yo era un adolescente y crecía en un
país en donde la violencia gobernaba como lo ha hecho siempre, los narcos eran
los amos y señores de esta sociedad y a quien no le gustaba algo o quien hablaba
de más era silenciado, asesinado, su familia destruida, esa fue la sociedad en
la que crecí. Además, la guerra de guerrillas continuaba, los paramilitares, el
ejército, la policía corrupta, los políticos, un país que siempre se ha alimentado
de odio, de terror, de violencia, un país que ha escondido esta historia y no
la quiere aceptar.
En relación con el
conflicto armado, es común la filtración de documentos o incluso el montaje de
fotos que desacreditan al enemigo, las declaraciones de victoria prematura como
estrategia para doblegar la moral del otro bando, los anuncios intimidatorios y
la manipulación de las cifras.
Mi generación creció sabiendo que no se podía hablar de los
malos porque se era castigado y que acá nadie es bueno, nuestros hijos, lo que
hoy son llamados Millennials han sido sobre-protegidos, poco educados y han
heredado esa cultura mafiosa en donde usted puede destruir a los demás porque
acá hay que imponerse con la fuerza y no con la razón.
Con la llegada de Internet, ser anónimo fue fácil y hacer proliferar
las ideas, pensamientos y opiniones ya no era exclusivo de los periodistas y los
grandes medios de comunicación, ahora todo el mundo podía hacerlo. Colombianos
hay de dos tipos, los violentos que asesinan y destruyen lo que tocan y los que
no son capaces de matar, pero los une una característica en común, la mayoría es individualista, envidioso, destructor
porque se encuentra en necesidad. Por eso, cuando el colombiano se encuentra de
frente con un argumento que no puede debatir su única defensa es la desacreditación
de la fuente o la persona.
Otros de los elementos
que hemos de ponderar una vez llegados hasta aquí es el perjuicio concreto que
nos puede causar si no declara el testigo. Hemos convenido que el testigo
seleccionado puede acreditar unos determinados hechos. Pero ¿qué ocurre si no
declara sobre esos hechos? Esta pregunta debemos ponerla en relación con esta
otra: ¿tenemos otra prueba que acredite lo mismo? Sin duda, la existencia de un
documento o un informe pericial que nos permita probar aquello que nos diría el
testigo; aconsejamos su renuncia. Hacerlo declarar en estas circunstancias
sería abonar el terreno al abogado contrario y arriesgarse a que desacreditara
al testigo.
Hace unos días se emitió en Netflix un capítulo de la serie
Designated Survivor que trata sobre un ataque terrorista a la Casa Blanca y cómo
a través de las conexiones y la prensa se maneja la situación. En la serie se desacredita
a un periodista a lo cual él responde con una frase inolvidable:
“Desacreditar una
fuente es el truco más viejo y más bajo del libro, pero solo se usa en dos
ocasiones, cuando no tienes otra alternativa o cuando te encuentras con una
verdad irrefutable”
Esto es lo que sucede en el país en donde las novelas son
dedicadas a los narcos, a los sicarios y a las cosas más banales de nuestra
sociedad, en donde el estado dicta las expresiones culturales que pueden ser
aceptadas y en un país que quiere ser blanco y europeo, cuya sociedad hoy está dividida
por ideologías infundadas y cuya educación es la última del mundo en calidad.
El año anterior yo denuncié la corrupción en el Festival
Rock al Parque, la denuncie de todas formas y los afectados en lugar de salir a
argumentar con hechos que no era cierto, al verse imposibilitados y
desenmascarados con las pruebas, la única defensa que tuvieron fue burlarse en
el portal Actualidad Panamericana diciendo que yo era un payaso que quería
dirigir Rock al Parque. Un truco bajo y barato pero que logró desviar la
atención del verdadero problema: La corrupción y los robos descarados y sistemáticos
en los festivales del estado, para colocar el foco de atención en
desacreditarme y burlarse de mí. Sin embargo ¿Qué cambió eso? El festival sigue
siendo corrupto, sigue siendo ineficaz en su propósito y sigue siendo una vergüenza
para el rock nacional. Y los borregos, felices con la burla del portal de noticias falsas.
Este mecanismo de defensa es una falacia lógica que se
explica en el siguiente párrafo:
ARGUMENTO AD HOMINEM
Se ataca a la persona
que presenta el argumento y no al argumento en sí. Esto toma muchas formas. Por
ejemplo, el ataque puede basarse en la personalidad, la nacionalidad o la
religión de la persona. O puede que se haga notar lo que la persona podría
ganar en caso de un final favorable. O, por último, por asociación, o según a
quienes frecuenta.
Porque el colombiano promedio es mediocre y no se preocupa
por indagar si una fuente es verdad o no, el colombiano promedio lee el titular
en Facebook y basado en él hace todo un análisis, una opinión, porque el
colombiano cree que su opinión es suficientemente fuerte como para
contrarrestar un argumento sólido. Ese es el problema, la confianza que se
tiene de creer que la opinión es la realidad. Pero no esculpa de nosotros,
nacimos en una sociedad moldeada de esta manera y muy pocos hemos o han tenido
la oportunidad de viajar y ver que nuestra realidad está muy mal comparada con
otros lugares en donde esto no sucede.
Pero la opinión no es más que el reflejo de un mundo
imaginario que cada uno se hace en la cabeza, usted tiene derecho a darla,
claro, pero el error no está en quien dice las cosas, si no en quién las lee y
las asume como verdad, hay que ser lo suficientemente inteligente para no
tragar entero e indagar.
Otra falacia lógica es la del envenenamiento de las fuentes:
Este error lógico se
comete cuando se trata de desacreditar una fuente de evidencias incluso antes
de considerar la evidencia misma.
Y así entonces va pasando la vida en este país en donde se
pelea con mentiras y con desacreditación porque no hay otra opción, ante la
veracidad de los hechos presentados no queda más que decir que la contraparte
está haciendo una pataleta, ante la inminencia de la carencia de un título solo
queda decir “eso es un cartón pegado en la pared que no sirve para nada” como
cuando se dejó en evidencia que todos los cabecillas de la guerrilla tenían estudios
de maestría y doctorados pero que los gobernantes nuestros algunos ni el
bachillerato tenían, se comenzó una campaña de desacreditación contra las
universidades apoyada por periódicos como El Tiempo, cuando UBER llegó a
Colombia comenzó una campaña de desacreditación hacia los taxista y así sigue moviéndose
este país, llevando al rebaño de lado a lado, al antojo de cada persona que
quiera hacerlo, sencillamente porque el colombiano recibe todo como venga y no
le interesa más que almorzar.
desacreditar
v. tr. y prnl. Perder
el buen crédito, valor o reputación. deshonrar, desprestigiar
Gran Diccionario de la
Lengua Española © 2016 Larousse Editorial, S.L.
desacreditar
tr. Disminuir el
crédito o reputación [de una persona] o el valor y estimación [de una cosa].
Diccionario
Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.
La desacreditación es entonces el reflejo de esta sociedad
enferma, de este estado fallido, de este país que cuando se le habla de lo malo
que tiene se defiende con su naturaleza. Sí, tenemos mares en los dos océanos,
pero también somos el séptimo más violento del planeta, Si, tenemos todos los
pisos térmicos pero nuestra educación es la peor del mundo, sí, tenemos Caño
Cristales pero somos uno de los países más corruptos, y así sucesivamente se
quiere tapar el sol con la mano.
Colombia está condenada al fracaso sencillamente porque a
los colombianos no les importa su patria, únicamente les importa buscar la
forma de ganar como sea, a cualquier precio.
En conclusión, el colombiano usa la desacreditación
sencillamente por su incapacidad para enfrentarse con argumentos lógicos y
sólidos a los debates y problemas profundos de la sociedad, por su falta de
conocimiento y exceso de confianza, por su miedo a perder cualquier discusión y
no aceptar que el punto de vista está equivocado, en resumen, el colombiano
desacredita por ignorancia e incompetencia, pero sobre todo por miedo.
De las campañas negativas al juego sucio y a posibles
delitos http://www.razonpublica.com/index.php/politica-y-gobierno-temas-27/7647-de-las-campa%C3%B1as-negativas-al-juego-sucio-y-a-posibles-delitos.html
"Existe una campaña generalizada de desacreditación de
las cortes" http://www.vanguardia.com/actualidad/colombia/146835-leonidas-bustos-existe-una-campana-generalizada-de-desacreditacion-de-las
Colombia denuncia presunta campaña del Washington Post para desacreditar
a Uribe https://www.facebook.com/notes/el-informador-ve/colombia-denuncia-presunta-campa%C3%B1a-del-washington-post-para-desacreditar-a-uribe/402695323163/
Hay afán de unos sectores de desacreditar la JEP http://www.elespectador.com/noticias/judicial/hay-afan-de-unos-sectores-de-desacreditar-la-jep-mindefensa-articulo-681832
Campaña sí, pero sin mentiras http://www.larepublica.co/campa%C3%B1a-s%C3%AD-pero-sin-mentiras_472206
Real Madrid estaría desacreditando a James para bajar sus
pretensiones económicas http://www.goal.com/es-co/news/5288/colombianos-en-espa%C3%B1a/2015/12/20/18568052/real-madrid-estar%C3%ADa-desacreditando-a-james-para-bajar-sus
La guerra contra la chicha http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-4123795
Exprocurador inició su campaña por el No en redes sociales http://caracol.com.co/radio/2016/09/25/nacional/1474839896_194431.html