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viernes, 21 de abril de 2017

¿POR QUÉ EL COLOMBIANO USA LA DESACREDITACIÓN PÚBLICA COMO UNO DE SUS PRINCIPALES MECANISMOS DE DEFENSA?


Debo escribir este artículo en primera persona porque usaré momentos propios para ilustrar algunos ejemplos sobre el tema. Nada mejor que desde mi punto de enunciación apoyarme para confirmar que todo lo dicho acá es cierto.

Un día estaba yo en las salas de cine en Unicentro en los años noventa en Bogotá, recuerdo aun la película: “Black Rain”, era una función en la mañana. Cuando la película llevaba ya un buen rato, un hombre con uniforme ingresó a la sala y dejo muy cerca mío una bolsa de basura. Continué viendo la cinta sin dejar de estar inquieto por la bolsa, después de un buen rato me levanté de la silla, toque con el pie la bolsa y sentí que su contenido era duro, por lo tanto, lleno de terror me salí de la sala y me fui a casa. Afortunadamente nunca pasó nada.

¿Por qué esta reacción? Yo era un adolescente y crecía en un país en donde la violencia gobernaba como lo ha hecho siempre, los narcos eran los amos y señores de esta sociedad y a quien no le gustaba algo o quien hablaba de más era silenciado, asesinado, su familia destruida, esa fue la sociedad en la que crecí. Además, la guerra de guerrillas continuaba, los paramilitares, el ejército, la policía corrupta, los políticos, un país que siempre se ha alimentado de odio, de terror, de violencia, un país que ha escondido esta historia y no la quiere aceptar.

En relación con el conflicto armado, es común la filtración de documentos o incluso el montaje de fotos que desacreditan al enemigo, las declaraciones de victoria prematura como estrategia para doblegar la moral del otro bando, los anuncios intimidatorios y la manipulación de las cifras.


Mi generación creció sabiendo que no se podía hablar de los malos porque se era castigado y que acá nadie es bueno, nuestros hijos, lo que hoy son llamados Millennials han sido sobre-protegidos, poco educados y han heredado esa cultura mafiosa en donde usted puede destruir a los demás porque acá hay que imponerse con la fuerza y no con la razón.

Con la llegada de Internet, ser anónimo fue fácil y hacer proliferar las ideas, pensamientos y opiniones ya no era exclusivo de los periodistas y los grandes medios de comunicación, ahora todo el mundo podía hacerlo. Colombianos hay de dos tipos, los violentos que asesinan y destruyen lo que tocan y los que no son capaces de matar, pero los une una característica en común, la mayoría  es individualista, envidioso, destructor porque se encuentra en necesidad. Por eso, cuando el colombiano se encuentra de frente con un argumento que no puede debatir su única defensa es la desacreditación de la fuente o la persona.

Otros de los elementos que hemos de ponderar una vez llegados hasta aquí es el perjuicio concreto que nos puede causar si no declara el testigo. Hemos convenido que el testigo seleccionado puede acreditar unos determinados hechos. Pero ¿qué ocurre si no declara sobre esos hechos? Esta pregunta debemos ponerla en relación con esta otra: ¿tenemos otra prueba que acredite lo mismo? Sin duda, la existencia de un documento o un informe pericial que nos permita probar aquello que nos diría el testigo; aconsejamos su renuncia. Hacerlo declarar en estas circunstancias sería abonar el terreno al abogado contrario y arriesgarse a que desacreditara al testigo. 


Hace unos días se emitió en Netflix un capítulo de la serie Designated Survivor que trata sobre un ataque terrorista a la Casa Blanca y cómo a través de las conexiones y la prensa se maneja la situación. En la serie se desacredita a un periodista a lo cual él responde con una frase inolvidable:

“Desacreditar una fuente es el truco más viejo y más bajo del libro, pero solo se usa en dos ocasiones, cuando no tienes otra alternativa o cuando te encuentras con una verdad irrefutable”

Esto es lo que sucede en el país en donde las novelas son dedicadas a los narcos, a los sicarios y a las cosas más banales de nuestra sociedad, en donde el estado dicta las expresiones culturales que pueden ser aceptadas y en un país que quiere ser blanco y europeo, cuya sociedad hoy está dividida por ideologías infundadas y cuya educación es la última del mundo en calidad.

El año anterior yo denuncié la corrupción en el Festival Rock al Parque, la denuncie de todas formas y los afectados en lugar de salir a argumentar con hechos que no era cierto, al verse imposibilitados y desenmascarados con las pruebas, la única defensa que tuvieron fue burlarse en el portal Actualidad Panamericana diciendo que yo era un payaso que quería dirigir Rock al Parque. Un truco bajo y barato pero que logró desviar la atención del verdadero problema: La corrupción y los robos descarados y sistemáticos en los festivales del estado, para colocar el foco de atención en desacreditarme y burlarse de mí. Sin embargo ¿Qué cambió eso? El festival sigue siendo corrupto, sigue siendo ineficaz en su propósito y sigue siendo una vergüenza para el rock nacional. Y los borregos, felices con la burla del portal de noticias falsas.

Este mecanismo de defensa es una falacia lógica que se explica en el siguiente párrafo:

ARGUMENTO AD HOMINEM

Se ataca a la persona que presenta el argumento y no al argumento en sí. Esto toma muchas formas. Por ejemplo, el ataque puede basarse en la personalidad, la nacionalidad o la religión de la persona. O puede que se haga notar lo que la persona podría ganar en caso de un final favorable. O, por último, por asociación, o según a quienes frecuenta.


Porque el colombiano promedio es mediocre y no se preocupa por indagar si una fuente es verdad o no, el colombiano promedio lee el titular en Facebook y basado en él hace todo un análisis, una opinión, porque el colombiano cree que su opinión es suficientemente fuerte como para contrarrestar un argumento sólido. Ese es el problema, la confianza que se tiene de creer que la opinión es la realidad. Pero no esculpa de nosotros, nacimos en una sociedad moldeada de esta manera y muy pocos hemos o han tenido la oportunidad de viajar y ver que nuestra realidad está muy mal comparada con otros lugares en donde esto no sucede.

Pero la opinión no es más que el reflejo de un mundo imaginario que cada uno se hace en la cabeza, usted tiene derecho a darla, claro, pero el error no está en quien dice las cosas, si no en quién las lee y las asume como verdad, hay que ser lo suficientemente inteligente para no tragar entero e indagar.

Otra falacia lógica es la del envenenamiento de las fuentes:

Este error lógico se comete cuando se trata de desacreditar una fuente de evidencias incluso antes de considerar la evidencia misma.


Y así entonces va pasando la vida en este país en donde se pelea con mentiras y con desacreditación porque no hay otra opción, ante la veracidad de los hechos presentados no queda más que decir que la contraparte está haciendo una pataleta, ante la inminencia de la carencia de un título solo queda decir “eso es un cartón pegado en la pared que no sirve para nada” como cuando se dejó en evidencia que todos los cabecillas de la guerrilla tenían estudios de maestría y doctorados pero que los gobernantes nuestros algunos ni el bachillerato tenían, se comenzó una campaña de desacreditación contra las universidades apoyada por periódicos como El Tiempo, cuando UBER llegó a Colombia comenzó una campaña de desacreditación hacia los taxista y así sigue moviéndose este país, llevando al rebaño de lado a lado, al antojo de cada persona que quiera hacerlo, sencillamente porque el colombiano recibe todo como venga y no le interesa más que almorzar.

desacreditar
v. tr. y prnl. Perder el buen crédito, valor o reputación. deshonrar, desprestigiar
Gran Diccionario de la Lengua Española © 2016 Larousse Editorial, S.L.

desacreditar
tr. Disminuir el crédito o reputación [de una persona] o el valor y estimación [de una cosa].
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

La desacreditación es entonces el reflejo de esta sociedad enferma, de este estado fallido, de este país que cuando se le habla de lo malo que tiene se defiende con su naturaleza. Sí, tenemos mares en los dos océanos, pero también somos el séptimo más violento del planeta, Si, tenemos todos los pisos térmicos pero nuestra educación es la peor del mundo, sí, tenemos Caño Cristales pero somos uno de los países más corruptos, y así sucesivamente se quiere tapar el sol con la mano.

Colombia está condenada al fracaso sencillamente porque a los colombianos no les importa su patria, únicamente les importa buscar la forma de ganar como sea, a cualquier precio.

En conclusión, el colombiano usa la desacreditación sencillamente por su incapacidad para enfrentarse con argumentos lógicos y sólidos a los debates y problemas profundos de la sociedad, por su falta de conocimiento y exceso de confianza, por su miedo a perder cualquier discusión y no aceptar que el punto de vista está equivocado, en resumen, el colombiano desacredita por ignorancia e incompetencia, pero sobre todo por miedo.








Exprocurador inició su campaña por el No en redes sociales http://caracol.com.co/radio/2016/09/25/nacional/1474839896_194431.html


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