¿POR QUÉ ESPERAR AYUDA DE UN PAÍS QUE EN CUATRO DÉCADAS SOLO HA ENTREGADO MISERIA Y CORRUPCIÓN?

Dos militares colombianos momentos antes de morir en una exhibición aerea.

Colombia siempre ha sido, es y será corrupta, esto se nota más en los peores y más críticos momentos cuando aflora esta picardía innata y comienzan a aprovecharse para saquear el erario público a nombre de buenas causas, Colombia siempre ha sido, es y será corrupta.

Y antes de que desenfunden su falacia lógica favorita de “si no le gusta, váyase”, sepa que ya me fui muchas veces, que tengo dos nacionalidades y visa de trabajo en varios países del planeta y que esta no es la solución, si usted llega a su casa y la encuentra destruida con gente indeseada viviendo adentro, usted no la abandona sino la retoma y la arregla, así que ¡no! No me gusta y no me voy porque ha llegado la hora de retomar la casa y ordenarla.

En la mitad de esta crisis la gente aun espera ayuda del estado, es una actitud que raya lo tierno y lo inocente ¿Qué esperan? Colombia nunca ha entregado nada, es un sistema al beneficio de una sociedad en donde la gente que piensa y está preparada vive en la miseria mientras los ladrones gobiernan o hacen negocios ilegales, un país que se aprovecha de la desgracia de los demás desde el mismo momento de su creación y roba todo el dinero público con contratos disfrazados, convocatorias arregladas y “ayudas” para los mismos de siempre, este país nunca ha pensado en su gente sino en algunos emperadores que creen que porque este pueblo los eligió tienen derecho a ser dueños, amos y señores de todo lo visible y lo invisible. Si esto fuera en realidad un sistema democrático, entonces si deberíamos esperar que fuera el estado quien se preocupara por sus habitantes, pero la realidad es otra.

Yo tengo 44 años y he podido sobrevolar esta pandemia escribiendo para algunos medios españoles o norteamericanos, vendiendo servicios por Internet al exterior, porque durante los 44 años de mi vida lo único que este país me ha entregado es sufrimiento, veto, necesidad, corrupción, muerte y terror ¿Por qué habría de esperar algo en este momento? Nunca me protegió los derechos constitucionales, no soy dueño ni de medio metro de tierra, no me pagó la educación, no me ha dado una vivienda justa, no hay nada que este país me haya entregado más que pertenecer a una sociedad que no funciona, mi padre a este pensamiento le llamaría “ser comunista”, yo le llamo sencillamente ser humano.

Colombia nunca va a cambiar y quienes debemos cambiar somos nosotros y de una vez reclamar nuestro lugar en este estado colapsado, en esta patria fallida que se cree una de las más felices del mundo y en la cual nos bombardean a diario con comerciales en donde venden una falsa solidaridad y una falsa esperanza, esto hay que verlo con ojos de realidad y con la crudeza necesaria que requiere una decisión tan importante como decidir que ya estamos cansado de ser los borregos de algunos pocos lobos ignorantes.

Este es  un país que cuando llega una persona que quiere cambiar algo que está mal, que piensa y propone le pasa una de dos cosas, o es vetada, desprestigiada y segregada o sencillamente es asesinada, no se duda que buena gente haya llegado al gobierno pero les toca torcerse para no ser enterrados, no es no creer en la política, sino cambiar a los políticos, a esa generación podrida que ya debe ir a descansar y aceptar que su paso por este mundo ya se agotó.

Que esta pandemia sirva para reflexionar en esos ídolos que seguimos, en que es lo importante y quienes son los verdaderos actores importantes de la sociedad, se han destapado muchas ollas que hieden, que están rebosantes y han tratado de ocultarlas con cortinas de humo, pero ya la gente despertó, eso se vio desde el año anterior con las masivas protestas que se venían dando, ya no somos las ovejas con miedo que decíamos “si señor” a todo lo que nos metían como doctrina en la cabeza.

No hay que esperar nada de una patria que ha fallado en todo, hay que recuperarse y darle paso a nuevos pensadores, nuevos modelos y nuevas vías de desarrollo lideradas por otro tipo de personas diferentes a la clase política puerca y corrupta a la que estamos acostumbrados, este es un país lleno de talento, de investigadores, de humanistas, de pensadores críticos los cuales en este momento están colocando trapos rojos en sus ventanas, mientras los emperadores siguen prometiendo ayudas a millones de personas sin trabajo y con hambre, ayudas que nunca llegarán o que son entregadas a los amigos.

Es hora de dejar de esperar y comenzar a construir un nuevo futuro, porque todo el pasado no sirvió.