Al momento de escribir este artículo el país contaba con casi 300 mil casos confirmados de Covid-19, obviamente el número de contagios tiene que ser mucho más alto teniendo en cuenta la demora en las pruebas, la cantidad diaria de pruebas que se realiza, pero sobre todo la manera absurda, idiota e irresponsable de como el país a abordado la emergencia sanitaria, de la mano de un gobierno inútil que ha politizado toda la situación y ha tomado decisiones que parecen pensadas en medio de una fiesta de ácidos.
Colombia ya supera a China en muertes, lugar donde se originó la enfermedad, es el país con más muertes por millón de habitantes en el planeta, cada día hay más de 10 mil contagios nuevos y aun así se ven historias que rayan en lo ridículo, peleas políticas, de egos que cada día matan y matan a más personas.
Esta forma de actuar habrá que juzgarla más adelante en la historia, el país no puede seguir siendo un país de idiotas manipulados que dejan pasar cada genocidio que se da en él, sea realizado por nosotros o no. Una vez superada esta pandemia, le corresponde a los sobrevivientes decidir que camino van a seguir en la historia, si seguiremos siendo ese país corrupto en donde no se da absolutamente nada bueno y la mayoría vive en estado de necesidad, mientras unos pocos desfalcan toda la riqueza, las arcas y los recursos del estado en beneficio propio y de sus familias, o si por fin Colombia va a ser un país en donde vivir sea un acto digno, donde se pueda desarrollar un ser humano como una persona con derechos y proyectos y dejemos de ser esas ovejas que sobreviven el día a día para comer, porque así vivimos casi todos, al menos los que no roban y no matan.
Es mentira que Colombia ha tenido una cuarentena estricta para prevenir los contagios, eso es falso, nadie la ha respetado, salir a la calle es como ir a un carnaval, la cuarentena únicamente sirvió para cerrar los bares, los restaurantes y los teatros, quebrando a toda la industria de la noche, las artes y el espectáculo, satanizando nuevamente el alcohol y lo que el colombiano recalcitrante siempre ha pensado que es “malo”, porque en qué cabeza cabe la premisa de “abrir el mundo entre semana y toque de queda y ley seca los fines de semana” hay que ser idiota o no tener capacidad mental completa para pensar que entre semana el virus no se propaga porque la gente está sobria y trabajando.
Este país jamás ha tenido la capacidad mental para afrontar emergencias y mucho menos algo así, para que los contagios no se dispararan lo que habría que haber hecho era desde un inicio cerrar el país y montar una renta básica universal, pero no, acá los aeropuertos y fronteras seguían abiertas, se realizó un Covid Friday en un país que coloca pañuelos rojos pidiendo comida pero agota televisores de alta gama en almacenes abarrotados, la gente está muriendo de hambre, no aceptamos ayuda del exterior porque como siempre reina el síndrome de creer que por ser colombianos todo lo podemos hacer y al final el resultado ha sido el mismo de toda la historia, un fracaso absoluto en todo lo que hacemos y en todo lo que queremos hacer, Colombia siempre ha fracasado en todo menos en la corrupción, la ignorancia y la violencia en que salimos primeros siempre.
Para poner otro ejemplo, en lugar de pedirle disculpas a la Fifa por haber querido realizar un mundial femenino en un país violento, sin recursos, sin infraestructura y querer mejorar estas condiciones, se le mandó una carta a la Fifa insultándolos.
Eso somos, eso hemos sido y eso seremos, ser colombiano es una enfermedad mental, una especia de megalomanía ignorante que nos hace creer que tenemos la verdad en todo hasta que morimos o nos matan.
Por eso da miedo estar encerrado en un país en el que estamos a la suerte del universo, bien hizo aquel muchacho que no se devolvió de Wuhan y tiene claro cómo se manejan acá las cosas.
Acá seguirán los contagios disparados hasta el día en que traigan una vacuna y esta sea agarrada para hacer política, proselitismo y comience la guerra de las EPS, los favores, etc. Hasta la vacuna será corrupta en Colombia.
Acá la cuarentena fue para los bares y los conciertos, el resto, ha vivido una vida incluso más frenética que antes. Esa es nuestra gloria inmarcesible, así es el júbilo inmoral.
Foto tomada de El Tiempo.
