El país en el que el Rock es propiedad del gobierno y nadie se ha dado cuenta.

Mientras en lugares como Irak o Afganistán el rock es considerado peligroso y un pecado, tanto como para encarcelar a sus practicantes, existen otros sitios en donde es igual de satanizado pero han logrado disfrazar ese miedo y esa amenaza que representa la fuerza del género para someterlo y manipularlo. Es el caso de Colombia.

El rock siempre ha sido contracultural y sobre todo anti poderes, libre, rebelde y frentero ante los abusos, no es posible imaginarse a un ser como Lemmy, bajista compositor de Motorhead, una de las bandas ícono del rock mundial, rogando por un puesto en un festival o pidiendo un favor a un político, de hecho, personajes como él se ofendían y repelían el tema. Johnny Rotten de Sex Pistols, tal vez una de las bandas más anarquistas de su época, se encuentra actualmente en una batalla legal con sus compañeros porque quieren hacer una serie sobre su vida. El verdadero rock nunca ha perseguido fama y fortuna, pero la ha tenido, es inevitable, cuando algo es bueno se hace notar. Sin embargo, a sus músicos les importa poco (A excepción de a Genne Simmons de Kiss) ellos nacieron para tocar y para vivir con su lema: sexo, drogas y rock and roll.

Una anécdota, para que vean el poderío de terror que el rock ha despertado desde su nacimiento es el recorte de un periódico después del festival en México. Esto se repite durante décadas, los conciertos de rock han sido aquelarres que la “gente normal” teme y rechaza. Entonces la pregunta que se quiere hacer este artículo y para visibilizarlo en todas partes es ¿Desde cuando en Colombia el rock se convirtió de una orgía de hippies, pelos y sangre a “la oficina de hoy”’? El rock en Colombia no solo fue sometido, arrodillado al estado al que ahora le pertenece, sino que sus músicos no tienen ni idea de que esto sucedió y se han convertido todos en mendigos a tal punto que este año muchos festivales de “rock” no se pudieron realizar sencillamente porque el gobierno no les dio dinero. En resumen, el rock en Colombia pertenece al gobierno que dice quien puede y no puede tocar, que dice qué es y que no es rock, porque para el gobierno el rock es una especie de cumbia eléctrica y que dicta las normas de un género musical en un país que se clama libre pero que en realidad es mojigato, conservador y les tiene pánico a estos movimientos.

Colombia, es tan ceñido a la medievalidad, que a pesar de que en la constitución está consignada la libertad de cultos y la libertar de expresión, hace un tiempo un concejal de la ciudad de Bogotá, un extremista cristiano, logró con una pataleta que se cancelara un concierto de la agrupación Marduk porque era “satánica”, fue un escándalo nacional. No por el atropello a los derechos civiles sino por que Marduk era “satánico”.

¿Cómo se llegó a esto? Es muy fácil, en Colombia casi todo está corrupto, las artes no son la excepción, durante los primero años de este siglo Bogotá comenzó a elegir alcaldes de izquierda, a cambiar el rumbo del pensamiento y eso está bien, este escrito no tiene nada que ver con doctrinas o ideologías políticas, pero es importante recalcarlo porque en Colombia tanto los de izquierda como los de derecha son recalcitrantes, extremos, cuadrados, tienen la doctrina muy adentro y para la izquierda el imperio es el diablo, el rock es del imperio y por lo tanto el “rock que ellos querían” era una mezcla entre cumbia, carranga y otros géneros folclóricos hechos con guitarra eléctrica. “Eso es lo de nosotros, eso es lindo”, Carlos Vives clamó que su vallenato era “el rock de mi pueblo” todos le aplaudieron y personajes como Richard Blair le enseñaron a los músicos colombianos que no podían competir con AC/DC y que tenían que ser papagayos modernos y sacar a relucir el trópico y así fue como mataron el rock colombiano que venia de una producción prolífica en el país.

Para los agentes culturales de Colombia, esto es “rock” y usan dinero del gobierno para adoctrinar a las personas en el tema.

Ahora miles de bandas viven en las sombras, bandas poderosas y con gran talento que duran unos cuantos meses o un par de años yu se retiran porque el país sigue pensando que el rock es el vallenato y la carranga con distorsión. Lugares como el Festival Rock al Parque son un nido de corrupción en donde año tras año se repiten los mismos nombres y en la tarima no suena rock and roll o Metal sino Cumbia, Hip Hop, Folclor entre otras cosas que poco o nada tienen que ver con la música contracultural, agresiva y rebelde que es el rock.

En fin, el único país del planeta tierra que sometió y se apodero de los rockeros es Colombia, algo inédito en el planeta, que obviamente es una muestra más de como los poderes políticos pueden desviar hacia sus intenciones cualquier cosa si en el medio hay dinero. La situación económica del país está tan grave que se gana menos que en Somalia, pero se pagan precios y se gasta más que en Noruega. Ahora pueden entender porque en un país tropical, los rockeros tienen que humillarse y bajar la cabeza para poder comer del estado.

Si quieren escuchar excelente rock colombiano y de otros países de Latinoamérica pueden hacer uso de las múltiples páginas de medios de comunicación independientes que se dedican a mostrar y darle circulación a las agrupaciones de todo el continente.

Foto de cottonbro en Pexels

Para Booking, charlas, asesorías y servicios escribir a director@subterranica.com

Siga las redes sociales de Szarruk, Subterránica, Wacken Metal Battle y El Museo del Rock Colombiano