“Se lo dije”, “se lo advertí”, cuantas veces esas frases han entrado en nuestra cabeza como un misil que explota y detona una rabia incontenible que hace pensar -¿por qué no escuché?-, ¿por qué no hice caso? esa rabia que da ganas de volver el tiempo atrás y deshacer aquel error que llevó a un problema o tal vez a una tragedia, pero ya es demasiado tarde, ya sucedió y el tiempo, al menos en esta realidad, no tiene vuelta atrás, el pasado pasó y las consecuencias de este nos siguen durante todo el futuro.
Existe un síndrome, se
le llama el Síndrome de Hubris, se trata de aquellas personas que creen saberlo
todo, según un artículo de Infobae se resume como "la enfermedad del
poder", la patología lleva a perder la perspectiva de la realidad., en
este mismo artículo en donde se consulta a un especialista dice:
Es que el especialista insistió en que se trata de "un trastorno de
personalidad transitorio, que tiene síntomas psiquiátricos pero más bien es
observable desde lo sociológico dado que se relaciona con el momento que se
esté viviendo" y suele revertirse cuando la persona abandona los ámbitos
de poder.
Este especialista,
atribuye el síndrome a personas que tienen poder y transitoriamente lo padecen,
esto se puede reflejar en nuestros líderes que una vez son elegidos por el
pueblo, en la gran mayoría de casos, suben a los puestos de mando y se les
olvida que son servidores públicos y comienzan a actuar como emperadores o
dictadores, es una enfermedad más común de lo que parece, pero no estoy de acuerdo en que lo
sufran solo aquellas personas, para mí está en la naturaleza de las personas
que no han desarrollado un análisis críticos y que sienten que si pierden una
discusión o aceptan un error su vida pierde un poco de sentido o su ego se
trastoca y se disuelve. El error más común de todas las personas en no poder
aceptar que se ha equivocado o que se va a equivocar.
Pirámide de la argumentación de Paul Graham |
En resumen, la
estupidez ha tomado el mando de la realidad y cualquiera que vaya en contra de
ella es quemado en una hoguera por una horda de estúpidos que tienen una verdad
en su mente la cual no se puede refutar.
No siempre se puede
tener la razón, pero tampoco siempre se está equivocado, lo importante es saber
cuando se tiene la razón y cuando se está equivocado y esto generalmente se
resuelve en un debate argumentativo, pero si usted no está dispuesto a dar este
debate y en cambio su reacción es esconderse, usar falacias lógicas, quedarse
callado, o usar mano de amenazas entonces gran parte del problema es usted, así
tenga o no la razón, porque lo que está haciendo es imponer una dictadura personal
sobre los demás y ¡ay de aquel que ose a poner en duda su dictadura! porque se
convierte en su enemigo, y en esta época en que es tan fácil acusar y destruir
a una persona, estas dictaduras mentales son el equivalente a disparar una bala
en la frente del enemigo, mejor entonces morir a vivir en un mundo así, ¿para
qué? ¿Qué fue lo que construyeron ustedes entonces? Un mundo en donde cualquier
persona por más absurda que sea la idea puede imponerla porque de lo contrario
se están “vulnerando” sus derechos, así destruya a los demás con esa idea. Eso
no es una sociedad, eso es un manicomio en donde gana el que más poder tenga o
el que tenga los amigos que puedan destruir a los demás.
Descubrir que se está
equivocado indudablemente representa un conflicto personal, es el ego
enfrentado contra la realidad, The New York Times, en su artículo publicado en https://www.nytimes.com/es/2017/05/23/espanol/por-que-es-tan-dificil-admitir-nuestros-errores.html expone
que:
Los errores pueden ser difíciles de asimilar, por lo que a veces nos
rehusamos a admitirlos, en vez de asumirlos. Nuestro sesgo de confirmación se
impone y esto provoca que comencemos a buscar cómo probar nuestras creencias.
El auto al que le bloqueaste el paso ya tenía una abolladura en la defensa, lo
cual demuestra que fue culpa del otro conductor.
Los psicólogos denominan esto como disonancia cognitiva (el estrés que
experimentamos cuando tenemos dos pensamientos, creencias, opiniones o
actitudes contradictorias). Por ejemplo, es posible que pienses que eres una
persona amable y razonable. Por lo tanto, al bloquearle el paso a alguien de forma
abrupta, lo que experimentas es una disonancia y para poder sobrellevarla,
niegas tu error e insistes en que el otro conductor debería haberte visto o que
tenías el derecho de paso, aunque esto no haya sido así.
“La disonancia cognitiva consiste en lo que sentimos cuando el concepto
que tenemos de nosotros mismos (soy inteligente, soy amable y estoy convencido
de que esto es verdad) se ve confrontado por el hecho de que lo que hicimos no
fue lo mejor, que lastimamos a otra persona y que esa creencia no es verdad”,
dice Carol Tavris, psicóloga social y coautora del libro Mistakes Were Made
(But Not by Me).
Ejemplos de este tipo
de personas hay miles pero voy a ilustrar dos que tenemos en casi todas las
familias, uno es la madre o el padre que piensa “no me importa lo que usted
crea, usted vive en mi casa y acá se hace lo que yo diga”, con ese argumento,
con esa falacia lógica desaparece cualquier posibilidad de darle la razón a las
personas que dependen de ella, porque inmediatamente sienta el precedente de
que si se está en contra de su pensamiento entonces la única salida es
abandonar la casa e irse, por lo tanto la consigna es “Si quiere estar acá
usted tiene que pensar como yo así esté equivocado”.
Otro ejemplo es la
esposa o el esposo que siempre defiende a los hijos cuando cometen errores,
tratando con violencia o desdén a la pareja cuando este o esta pretenden
corregir el error, enfrascándose en peleas sin importar si esta deriva en el
abandono, esto le da el mensaje errado a los hijos de que pueden hacer lo que
quiera, equivocarse y nunca sucederá nada porque ahí esta el padre o la madre
para defenderlo o corregir el error, lamentablemente muchos de estos niños
crecen creyendo esto y terminan convertidos en asesinos, ladrones o corruptos
porque saben que pueden hacer mal las cosas y no pasa nada y en países como los
nuestros, lamentablemente es así, no pasa nada.
Así que cuando usted
es una persona que trata de desarrollar un pensamiento propio, fuera del molde,
se va a encontrar resistencias muy fuertes, si usted es una persona que ha
estudiado para poder llevar a cabo debates y trata de discutir con personas que
no tienen esta competencia la frustración va a ser grande, ¿cuál entonces es la
solución? Esa es la pregunta a plantearse, porque aparentemente no existe, la solución
más fácil es alejarse, que cada persona sea un mundo diferente en donde nadie
tiene la potestad de opinar sobre lo que hagan los demás así las acciones lo
destruyan o lo hieran, donde los hijos deben crecer sin control para hacer lo
que quieran, en donde cada persona puede inventar una nueva ofensa y destruir a
otra, en donde todo lo malo es bueno y viceversa, por lo tanto estamos acá
enfrentados a la posible extinción del pensamiento analítico en la humanidad y
todo comienza por la raíz, por la casa, por el núcleo familiar.
Para terminar, usamos
una frase que se le atribuye a Freud y que hoy en día seguramente será
criticada y borrada de los libros de la historia, así como se está borrando
cada película, escrito, estatua, foto o persona que no le parece políticamente correcta
a esta nueva humanidad de cristal, como si con eso pudieran borrar el pasado,
pero cómo dice al principio de este escrito, el pasado no se puede borrar y hay
que llevar las consecuencias, es mejor analizarlo para no cometer los mismos
errores.
Antes de que te
diagnostiques con depresión o baja autoestima, primero asegúrate de no estar
rodeado de idiotas.
-S.Freud-