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sábado, 4 de octubre de 2014

LOS TINTES EMOCIONALES EN LA PRODUCCIÓN CREATIVA: DOLOR Y ARTE

Frida Kahlo
“Amurallar el propio sufrimiento es arriesgarte a que te devore desde el interior”
-Frida Kahlo-

De entre todas las formas y prácticas del arte ¿Cómo hace el artista o el creador para escoger la forma en que quiere comunicar su mensaje? Hablando de mensaje como una expresión creativa. ¿Bajo qué parámetros o paradigmas se deciden los caminos para plasmar un sentimiento o sencillamente una idea? Son preguntas que se pueden responder de muchas maneras, dependiendo de cuál es la posición que se tenga respecto al arte o a quien se quiera complacer con la obra, ¿Se busca complacer a los demás? ¿A mí mismo? o ¿A un grupo determinado de personas? 

El dolor en el arte se puede presentar como una catarsis del artista, como una búsqueda interior y personal, tal vez como una mera expresión objetiva, pero lo cierto es que a través del tiempo, este dolor ha sido la inspiración, la producción y el catalizador en muchas obras que usan el recurso ya sea como la finalidad de la obra (Como lo producido) o como parte de su proceso de elaboración.

En una exposición realizada en la Maestría de Estudios Artísticos de La Facultad de Artes
ASAB en la Universidad Distrital de Bogotá, la artista plástica Diana Marcela Ayala expuso su trabajo paralelo a una serie de observaciones personales en las que habla de su producción como la extensión del cuerpo y cómo la pintura se convierte en esta extensión a través de la experiencia personal, en este caso el dolor.


Diana Ayala
La mancha es una catarsis del dolor y está presente en varias de sus pinturas y en sus dibujos. Buscar una definición técnica de “la mancha” sería en este caso muy objetivo cuando lo que tratamos es de entender cómo el artista usa estos recursos para expresar algo que está en su interior, por lo tanto entra a jugar acá el concepto de “Pulsión Icónica” usado ampliamente en la psicología.

Según el artículo del profesor Paco Marchante, “El ojo y la mente: “la pulsión icónica revela la tendencia natural del hombre a imponer orden y sentido a sus percepciones visuales mediante proyecciones imaginarias, si bien tal orden y sentido aparecen ampliamente diversificados y determinados según el grupo cultural y social al que pertenezca quien percibe y según la historia personal que se halla tras cada mirada.”
 (Paco Marchante, El ojo y la mente.” http://www.nacerceaeduplastica.com/el-ojo-y-la-mente.html S.F)

También cuenta este y otros textos de un experimento que realizó Leonardo DaVinci cuando arrojaba contra la pared un trapo empapado en pintura y al caer sobre esta se formaba una mancha en la que cualquier persona podría descubrir figuras y formas de acuerdo a su personalidad, es en base a estas interpretaciones personales se basa el test de Rorschach. Es decir, el cerebro ve imágenes coherentes en lugares donde no existen, esta es la relación con la mancha, cada uno ve lo que quiere, como cuando Cristo aparece en una tostada o una nube toma la forma de un animal, es un proceso en el que cada persona ve y refleja distintas cosas de acuerdo a sus procesos interiores.

La imagen que presenta entonces la artista en la exposición es una imagen de placer y dolor al tiempo, placer al pintar, dolor al pintar, ser artista no es fácil, comprenderlo menos y la mayoría de las veces nadie se cuestiona por estos procesos de dolor, de alegría, o cualquiera que el artista pueda tener mientras realiza su obra. Lo cierto es que esto se ha repetido a través de los siglos y el dolor, el placer, el placer del dolor han sido utilizados en innumerables producciones.

¿Cómo el arte llena el vacío que se crea con este dolor? Es una catarsis del dolor, pero ese dolor nos gusta, sentimos placer. Es algo para reflexionar.

Es interesante en este punto, como el dolor y la violencia no son de carácter negativo sino que impulsan procesos creativos, esa violencia gusta no solo de lo físico y lo sexual sino del punto de vista de la sociedad, nos gusta ser controlados, que nos indiquen el orden, es lo normal en nuestra forma de vida, la gente esconde ante la sociedad sus perversiones y como ciudadano uno se siente bien de formar parte de los no rechazados, es un juego en el que todos estamos sin saberlo desde el momento en que comenzamos a hacer parte de una sociedad.





DOLOR Y ARTE

Una famosa historia atribuida al pintor Matisse y que es reseñada en varios libros y escritos, nos remite a la pregunta que le hicieron respecto al por qué seguía pintando si ya era famoso y tenía una buena posición social y el artista respondió: Porque el dolor desaparece, la belleza queda.

“Pocas cosas nos ayudan a crecer tanto como estar en medio de una tormenta. Las situaciones difíciles de la vida son las que fortalecen nuestro carácter. Nada “aborrega” más que la comodidad, ni nada nos deja más ociosos que una vida con todos nuestros deseos satisfechos y una existencia sin haber pasado ningún dolor. El pintor Henri Matisse, pintaba con muchísima dificultad, porque tenía artritis. No sólo tenía que soportar la casi imposibilidad de mover sus articulaciones, sino que además sufría un dolor insoportable. Es muy difícil hablar de la belleza del dolor, porque casi nadie quiere entenderlo. Quizás sólo los que están sufriendo en este momento están esbozando una sonrisa al leer estas palabras, pero sigue siendo rigurosamente cierto. El dolor crea belleza, el dolor puede ser uno de nuestros mejores amigos. El sufrimiento y el dolor pueden ser dos de los mejores médicos del alma que tenemos, porque nos curan de nuestros engaños interiores, de los fatales, de los que tienen consecuencias imposibles de medir, para nosotros y para los demás.”
(Jaime Fernández Garrido. Matisse y el arte del dolor. 14 de Junio del 2003. http://protestantedigital.com/blogs/4013/Matisse_y_el_arte_del_dolor)

La posibilidad de morir entonces puede producir placer, estar suspendido en el aire con ganchos puede producir placer, el sadomasoquismo, el Bondage, todas estas experiencias pueden convertirse en prácticas artísticas con el dolor.

Diana Ayala plantea entonces que ese dolor puede disfrazarse a través de máscaras, todos tenemos máscaras, nos caracterizamos para algunas expresiones, la máscara es un enfrentamiento a la muerte ¿Cómo me defino? ¿Cuál es la máscara que estoy mostrando? Me defino desde múltiples miradas, múltiples perspectivas, tengo muchas miradas, pero una prima, que es con la que los otros me definen, esa es la máscara con la que otros me ven y en ese momento para los demás mi dolor puede ser imperceptible o puedo mostrarlo abiertamente dependiendo de la máscara que use.

“El dolor es uno de los temas más fecundos, pues el ser humano artista o no, en algún momento de su vida ha conocido de cerca o de lejos, el dolor. Y si es artista, necesariamente tiene una repercusión en su obra.”
(Dra. Idoris Cordero Escobar. “El dolor y el arte… un acercamiento a la realidad”. Universidad de Ciencias Médicas de la Habana. 28 de Junio de 2011)

SOCIEDAD Y RECHAZO

En el  artículo “El arte como remedio del dolor” se narra la historia de la artista japonesa Yayoi Kusama quien clama que: Hace arte para no suicidarse como ella, miles de artistas en el mundo escapan de la realidad, de la sociedad y del rechazo a través de sus creaciones y de sus prácticas artísticas.
(Mercedes Perez Bergliaffa. El arte como remedio del dolor. Revista Enie. 5 de Junio de 2013)

A veces el artista no comprende el mundo y su papel en él, no importa bajo que corriente filosófica o religiosa este mirando la vida, el artista necesita un conflicto para poder crear y cuestionarse sobre su existencia. Diferente a muchas personas que aceptan la vida, el mundo tal y como está y deciden “no preocuparse y vivir” mostrando una actitud de –vivir- y nada más. Esto puede llegar a ser sano, el cuestionarse sobre la existencia misma es un detonador de dolor, de incomprensión. La sociedad de hoy está tan desligada de estos cuestionamientos que hemos llegado a aceptar tipos de violencia legal, establecidos por el estado, ahora nos dicen a quien se puede eliminar sin tener ningún remordimiento y a quienes no, que tipo de dolor se puede sentir y que tipo de placer.

El dolor es cuerpo fragmentado dice Diana, siempre que el dolor se manifiesta es una parte del cuerpo y de alguna intensidad, el cuerpo tiene diferentes intensidades que se manifiestan a través del placer y del dolor.

Otra artista que vivió el arte de esta forma y cuya obra tomó fuerza en los últimos años debido al sufrimiento y al rechazo de la sociedad es la mexicana Frida Kahlo quien basó gran parte de su obra en el dolor y precisamente en su cuerpo fragmentado el cual dejó ver en varias de sus producciones artísticas.

INTIMIDAD

Kahlo fue una mujer que sufrió de muchos accidentes y enfermedades, entre ellas Poliomielitis cuando era niña, tuvo un grave accidente en un camión en el que viajaba que ha sido descrito en gran cantidad de biografías e incluso en la película de la directora Julie Taymor  en donde muestra como un tubo la atraviesa mientras lo que parece ser roció de oro vuela por los aires en ese momento. Frida pasó su vida en constante dolor y segmentándolo en su cuerpo al cual tuvo que someter a treinta y dos operaciones las cuales la dejaban débil y sin moverse por largos periodos. Uno de los episodios tal vez más trágicos de su vida fue cuando perdió su pierna por la gangrena, toda su vida tuvo que lidiar con el dolor y este claramente está reflejado en toda su producción creativa. 

¿Cómo hablar de lo íntimo y de las intensidades? Pierre Moliniere, artista francés, se encierra en su casa y decide no formar mas parte de la sociedad, empieza a realizar fotografías que fueron descubiertas después de su muerte, autorretratos en donde se disfraza de mujer, escenas muy fuertes. Después de su muerte se sabe cuál era su intimidad. ¿Hasta dónde llega la intimidad entonces y comienza la obra? La misma pregunta se la hicieron al artista español Abel Azcona en su conferencia en La Facultad de Artes de la Asab, la cual respondía de una manera muy ambigua –no lo sé- hay una intimidad pero no se reconoce el limite debido a que sus performances revelan tanto sobre su propia historia que queda muy poco para el artista. El Marqués de Sade, la Doctora y antigua prostituta y estrella porno Annie Spinkle son ejemplo de artistas que desnudan su cuerpo y su alma para todo el mundo.

Es ahí entonces donde podemos comenzar a hablar de múltiples cuerpos, de múltiples personalidades que el artista adopta. ¿Cómo hablar de la identidad? ¿Dónde se ubica la obra entre lo público y lo privado? ¿Hasta dónde puedo mostrar sin ser vulgar? ¿Cómo puedo mostrar con dignidad? Son preguntas que se abordan para poder ejecutar el plan creativo de acuerdo a la personalidad del artista.

El dolor entonces, siempre ha sido y será, fuente de inspiración en el arte. Algunos ejemplos de artistas que basan su obra en el dolor son: David Nebreda, Edward Munch, Susan Gofstein, Dana Harrell, Marck Collen, Pia Waltker, Georgia Davidson y Thomas Gebauer.

Bibliografía y Cibergrafía:

Paco Marchante, El ojo y la mente.” http://www.nacerceaeduplastica.com/el-ojo-y-la-mente.html S.F
Jaime Fernández Garrido. Matisse y el arte del dolor. 14 de Junio del 2003. http://protestantedigital.com/blogs/4013/Matisse_y_el_arte_del_dolor
Dra. Idoris Cordero Escobar. “El dolor y el arte… un acercamiento a la realidad”. Universidad de Ciencias Médicas de la Habana. 28 de Junio de 2011
Mercedes Perez Bergliaffa. El arte como remedio del dolor. Revista Enie. 5 de Junio de 2013. http://www.revistaenie.clarin.com/arte/Yayoi-Kusama-arte-remediodolor_0_950904911.html


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