Las épocas
doradas pasaron, atrás quedaron las tardes escuchando a los locutores hablar de
los éxitos musicales, de los artistas, las largas horas de escucha placentera,
de descubrimiento, de grabar la música y tenerla, de escucharla y disfrutarla.
Mientras movimientos del pasado como el redescubrimiento del vinilo se hacen
fuertes, la radio tradicional está muriendo, tratando de dar los últimos
respiros para sobrevivir en la avalancha de tecnologías que convirtieron el FM
y el AM en una pieza de museo viviente.
La culpa la
tienen en gran parte los encargados de dirigir y de manejar las estaciones,
ellos se quedaron en sus sillas esperado y creyendo que las nuevas tecnologías
no los iban a tocar, confiados en la magnificencia de su estatus, en que los
reyes nunca caes y en lugar de avanzar con el mundo y hacer los productos más
atractivos para sus oyentes y empresas patrocinadoras, se han dedicado a emular
la misma vieja fórmula que funciona desde hace años y la cual ya aburre a todo
el mundo.
Ni hablar
de la radio juvenil, un desfile de mal gusto, de personajes radicales que creen
que todo lo que hacen o dicen es ley, generalmente no formados en academias
sino empoderados por los mismos jefes que les llenan de confianza y les enseñan
que “no importa lo que los demás piensen” convirtiendo las estaciones en un
mundo personal, subjetivo, grotesco y grosero.
Afortunadamente
para ellos, el conformismo y la falta de curiosidad de la mayoría de la
población de nuestros países aun deja permanecer la radio y la televisión
tradicional en los hogares, pero es inevitable el cambio. Hoy en día
plataformas como Spotify, Podcast especializados, menús de música a la carta,
un mundo increíble e ilimitado de sonidos e imágenes se nos ofrece a través de
las redes de una manera tan abrumadora que ni siquiera alcanza el tiempo para
aprovecharlo.
La radio no
prevalecerá, yo no quisiera que fuera así, pero lamentablemente el ego y la
negación de quienes trabajan en ella la han asesinado. Descanse en paz un medio
que nos dio tanto y que fue acribillado por la pedancia.