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lunes, 17 de mayo de 2021

¡La gente se hartó!

 

Para que haya un cambio en Colombia, primero hay que bajarse de la nube del positivismo tóxico y de la sublimación propia tan típica de los que nacimos en esta patria en la que cada uno jura que tiene la verdad absoluta y la razón así como la clave para la solución de todos los problemas, la colombianidad tiene características muy específicas que nos han hecho vivir en necesidad y tolerando a los bellacos durante siglos, este no es el primer paro que se ha dado en el país, no es la primera marcha, no es la “primera generación de valientes” que pide cambios en las calles, no son los primeros muertos, esto ha sido así desde que este estado colapsado fue fundado y sus dos primeros dueños se encendieron en peleas y traiciones, así se marcó la historia de esta gran hacienda, a punta de promesas y deshonestidad.

 

Estamos hartos, llegamos al límite, hartos de estar hartos, siempre lo hemos estado, pero a esta mierda no la cambia nadie, porque lo primero que tendría que suceder para que cambiase, es precisamente dejar de ser colombianos (en el sentido de esa colombianidad positivo tóxica y esa deshonestidad) y eso señores es lo complicado, la prueba de ello, es que precisamente si usted leyó hasta este punto, debe estar diciendo que “este loco me está insultando, esto no es así” para usted, seguramente debo estar equivocado, los colombianos somos lo máximo y ese es el primer error, esto no va a cambiar porque nadie escucha, todo el mundo cree que es un genio, todos se las saben todas, la única realidad que vale es la mía y la de los demás es estúpida y el que importa soy yo y los demás que se vayan a la mierda ¿Me equivoco? Esos son los mantras, los pilares morales de todos nosotros.

Entonces esa nube ficticia, creada por todos en el momento en que se instalan en una realidad que no existe y que mucho menos acepta que está equivocada, ha sido señoras y señores el camino a nuestra perdición y lo seguirá siendo por más paros, marchas, paros, besatones, fumatones, muertos, guerras y otras acciones de resistencia que se den. Acabo de regresar de un largo viaje a Los Estados Unidos, la democracia capitalista que este país siempre ha querido copiar y comprobé nuevamente que el colombiano siempre será un picaro y avivato en cualquier parte y sobretodo con sus compatriotas, allá fui víctima de varios engaños y robos por parte de algunos “colombianos” que juran ser mejor que toda la humanidad y si usted en este punto ya está ofendido es mejor que deje de leer porque lo que viene adelante es una lista de verdades incómodas, que duelen pero que lamentablemente son irrefutables y que no son compatibles con la enfermedad del colombianismo tóxico, el país es un chiste mal contado.

Traigo al escrito a Los Estados Unidos, porque primero que todo Colombia no es una democracia capitalista como ellos sino una democracia feudalista, de hacendados, acá lo que hay es una caterva de terratenientes para los que todos los demás esclavos trabajamos. En los Estados Unidos, un país en donde la economía es sólida usted gana 1.030 dólares trabajando en una aplicación como Rappi, 30 horas a la semana, de esos más de cuatro mil dólares no necesita más de dos mil o dos mil quinientos para vivir bien. Contrario a este lote en donde todos ganamos una miseria, a excepción de nuestros queridos y corruptos políticos y funcionarios del estado contratados de manera nepotista y sin méritos. Pero eso sí, lo que nadie se ha dado cuenta, es que incluso con ese miserable sueldo mínimo de doscientos dólares, los precios alcanzan cuatro o cinco veces los de USA o Europa, ganamos menos, pero pagamos como ricos, la gente acá es como en la canción de Shakira: “bruta, ciega y sordomuda”, no quieren entender cuáles son los problemas, no quieren entender cuáles son las estructuras básicas de la sociedad y no quieren entender que los que fallamos somos nosotros. Para rematar súmele a la ecuación ese grupo, esa minoría de ignorantes, de personas de estratos altos que papi ha mantenido toda la vida y que hoy se conocen como “gente de bien”, un poco salvajes a los que nos les duele disparar a cualquier persona y si quieren aún más, hasta nuestra policía y nuestro ejército se han convertido en fuerzas asesinas, Colombia es un país de narcos, putas y corruptos ¿Me equivoco? Cuando le pregunto a las personas algo bueno del país lo único que pueden responder es “su naturaleza y su comida, la alegría de su gente” tres falacias comunes para encontrar algo bueno entre la mierda. ¿No está aún indignado y ofendido? sigamos.

Entonces bajémonos de la nube y como cualquier drogadicto levantémonos de la silla y digamos en voz alta “Hola somos Colombia y estamos enfermos y jodidos, necesitamos ayuda”, el primer paso para comenzar a cambiar cualquier situación es aceptar el problema, aceptar que sí somos una patria de mierda llena de errores, una patria rica en recursos administrada por corruptos, aceptar que la vida acá vale mierda, que vivimos en estado de necesidad, que tenemos emperadores, que somos una nación de gente muy pobre sumida en el caos de la supervivencia, aceptar que no servimos y colocarnos como meta construir un nuevo país desde ceros, un país que tal vez nosotros ya no veamos, pero que las futuras generaciones no tengan que sufrir, aunque esto se ha dicho miles de veces, en cada generación y nuestra naturaleza no nos deja avanzar.

1. Comencemos por sacar tanto popó de nuestras bocas: El colombiano habla mucho, bla bla bla, todos son psicólogos, todos son técnicos de fútbol, todos saben cómo adelgazar, todos saben la cura de cualquier enfermedad, en resumen, todos sabemos todo menos arreglar nuestros propios problemas. Los colombianos somos patéticos… “Pague que yo ahora le devuelvo”, “Esto se compone”, “Dios proveerá”, frases paupérrimas que hacen gala de esa picardía barata, de esa forma de supervivencia palurda. Comencemos por dejar de decir que el bar que cerramos nos producía 1200 millones de pesos mensuales, que las reparaciones de un CAI costaron 20 mil billones, comencemos por sacar la mierda del hocico y hablar con la realidad, quitar, eliminar de nuestra historia esa mentira patológica que crece como bola de nieve, el país de la mentira, del mitómano, acá todo es una mentira, cada historia de vida está magnificada por historias épicas, heroicas, cada colombiano es un Superman de carne y hueso que se las sabe todas, las puede todas, saben tanto que saben es a mierda. ¿Me equivoco? El conocimiento se logra con practica y estudio, no por nacer acá, somos el país con la peor educación del planeta y somos bastante mediocres en todo lo que hacemos porque todo lo dirigimos a una sola meta, a una única meta, a lo único porque lo que el colombiano respira: ganar dinero, no importa cómo, no importa a quien joda en el intento, lo importante es que sea ya, fácil y rápido, acá para que alguien gane algo, otro tiene que perderlo.

2. Quítense las estupideces doctrinales de la cabeza:
“La generación de cristal resultó de acero” ¡NO!, es una estupidez, están en la calle peleando como debe ser, claro y felicitaciones, pero no dejan de ser una generación blandita, que adoptó la cultura de la cancelación, que exige que todos acepten como son a los que no se aceptan como son, que no están realmente enfocados en crear un futuro sólido, que quieren eliminar la historia e ignorarla, que quieren establecer una serie de doctrinas salidas de la realidad y que hacen más daño que bien. Esa generación de cristal va a colapsar si no deja atrás la sofisticación inútil del pensamiento y adopta un razonamiento analítico. Todos hemos peleado, todos hemos tenido 20 años, en este país han existido guerras y revoluciones absolutamente violentas y estallidos sociales que ha liderado cambios. La constitución Colombiana es hermosa, pero todo mundo la irrespeta, quítense esas estupidez absurdas de la edad, de los viejos, de los sexos fuertes y débiles, de la destrucción del lenguaje, de que el título es un cartón en la pared, de las izquierdas, de las derechas, dejen de ser profesores eternos de su patética doctrina, “Usted toma mucha coca cola”, “Usted está muy gordo”, “usted es muy zorra”, usted, usted, tejen de dar clases que nadie les pidió y comiencen a ser seres humanos útiles para la sociedad, ¿de qué sirve cambiar un país y bajar a quienes hoy lo mal gobiernan para subir a esos puestos a otro poco de atarantados colombianos peores que los que están. ¿Quién hoy en día está en capacidad de ese liderazgo? Absolutamente nadie. ¿Me equivoco?

3. Entender de una vez por todas que esto no es un país:
Esto es una finca, un gran bar que tiene dueños, un lugar en donde no se puede vivir bien, en donde trabajando no se puede hacer un capital. Es el país de los arriendos, los que tienen casa en su mayoría es heredada, los que tienen dinero en su mayoría lo han hecho de maneras extrañas o instalados en puestos por amistad, este país es más caro que Finlandia y se gana como en Somalia, acéptenlo de una vez, esos cuentos maricas de que somos el país más feliz del mundo, que tenemos el segundo himno más bello, que en el exterior nos tienen miedo, tantas tonterías son fastidiosas. Dejen de hablar mal de todo el mundo, comencemos a pensar colectivamente, con empatía, entiendan que todos sentimos hambre, calor, frio, que todos sentimos y cada vez que vaya a hacer una de esas cabronadas épicas que los colombianos sabemos hacer, pregúntese que sentiría si se lo hicieran a usted. Dejen de creer que son algo especial porque lamentablemente no somos nada ni nadie. ¿Quieren conocer a los seres más importantes de la humanidad? Vayan al cementerio, está lleno de ellos. La vida es una, dejen de convertirla en una mierda. El país en donde una pendeja ofrece dinero para matar “indios”, el país en donde inventas frases y términos imbéciles como “economía naranja”, “Vándalos”, “Mamertos”, etc. El país con el cerebro del tamaño del maní, la jeta enorme y los puños pequeños. Acá nadie pelea de frente, acá disparan en las noches desde las sombras, acá hacen emboscadas a mansalva, nadie se mide frente a frente ¿Me equivoco? Esto no es un país, es una finca, un campo de tejo, un circo de mala muerte, un zoológico, un manicomio, falta mucho para que sea un país.

4. Y, por último: El que sabe hace y el que no sabe enseña, entiender que el cambio es personal y después social, por favor no crea que su verdad es la realidad, ni la mía, ni la de nadie, la realidad son acuerdos y a esos acuerdos hay que llegar, para que todos vivamos mejor. El Covid si existe, la inmunidad del rebaño en Colombia solo se alcanzará cuando todos se contagien porque el gobierno fracasó de nuevo, Colombia si es corrupta, el rock no es igual a la cumbia, las vacunas no tienen microchip, cerrar los bares y abrir todo lo demás ha sido una estupidez, si hemos ido a la luna, la tierra es redonda, todas las vidas y derechos importan, la ciencia y el arte son poderosos, lo importante es la vida no el dinero, somos pobres en Latinoamérica, tenemos muchos problemas, pero somos gente valiente y gente que ha vivido mal por la necesidad, por la pobreza en que nos sumieron los corruptos. Si logramos cambiar nosotros mismos y subir al liderazgo a personas que busquen el interés colectivo antes que el propio, pero aun así salvaguardando el bienestar personal, esto cambia, esto comienza a cambiar, espero no equivocarme.

Felipe Szarruk
Colombiano, músico, comunicador y Magister en Estudios Artísticos.

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