Una pequeña apreciación sobre el sonido.

 

Todo vibra, es algo que no se ha dicho recientemente, pero que ha tomado una connotación especial si pensamos en teorías sofisticadas de la física como la de cuerdas, todo vibra, el universo vibra y podemos decir que todo el universo es una gran composición musical.

A pesar de ser músico, nunca había visto el sonido de una manera diferente a la de un material de construcción para mis practicas artísticas, es decir, así como la plastilina o la arcilla para el escultor, o las pinturas y los lienzos para el pintor, para mí el sonido representaba ese material con el cual construía mis obras. Hoy, es interesante ver los matices que tiene el sonido más allá del mero acto creativo.

Un día estaba sentado con Kike, ex baterista de la agrupación Bomba Esteréo, excelente banda que en Colombia ha sido mal clasificada como “rock” o como “nuevas músicas colombianas”. Kike tenía en casa unos canales de una vieja consola Neve y otros aparatos muy viejos, muy vintage. Cuando los prendía, una serie de tubos comenzaban a encender lentamente, los mismos bulbos que encienden cuando prendo mi amplificador de guitarra, Kike no encontraba la manera de que explicarme que él necesitaba “calentar la música”, hacer que el sonido que iba a grabar pasar una y otra vez por esos tubos para que su música agarrara el calor del trópico, ¡Yo no lo entendía! Tampoco entendí muy bien cuando en mis estudios de música llegó un maestro indígena a explicar cómo el afinaba su flauta de madera con el sonido del rio a las tres de la mañana. “!Que nivel!” pensé, afinaré mi guitarra con el sonido de la cerrera séptima de noche, antes de un concierto, al mismo nivel del ruido de Bogotá.

Podemos decir que el sonido se debe tratar como un insumo para la creación por lo tanto tratarlo como un material y como cualquier material, este tiene ciertas características que los creadores deben conocer. Eso es algo que molesta de la actual educación artística, muchas carreras ofrecen híbridos entre música y sonido, deben ir en cajas diferentes, no estoy de acuerdo en esos “músicos con énfasis en ingeniería de sonido”, viéndolo con esta nueva información sería algo así como “médico con énfasis en derecho”. El sonido tiene un área de conocimiento propia y enorme como para no tomarla en serio.

Entender y poder traducir ese conocimiento del sonido a algunos instrumentos y aparatos no es fácil, entender que la velocidad de las ondas es diferente en Cartagena que en Bogotá, que existen miles de configuraciones que alteran cualquier captura me hace pensar que tal vez es muy soberbio de nuestra parte tratar de convertirnos en “productores”, respeto mucho las jerarquías académicas como para obviarlas según mi propio ego. Así que me doy por bien servido con tratar de ingresar a los límites de estos conocimientos y poder “jugar” con ellos.

Estamos sumergidos, literalmente, sumergidos en el aire, si lo vemos de una manera más onírica es solamente otro mar menos denso, es por eso que podemos escuchar, que tenemos audio, ruido, que podemos oír, gracias a que “nadamos” en el aire, en el oxígeno, si lo pensamos de esta forma todo cambia, somo seres que “nadamos” en ondas y esto abre un campo maravilloso para poder seguir comprendiendo el sonido y su producto estrella “la música”. 

Foto de Hendrik B en Pexels.

 

 

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