En teoría, la universidad es un lugar donde se fomenta el intercambio de ideas, la diversidad y el respeto mutuo, en un entorno académico ideal, debería haber espacio para el debate y la expresión de diferentes perspectivas, incluso cuando son disidentes o contrarias a la corriente dominante.
Estigmatizar o tratar mal a alguien en la universidad debido a su disidencia ideológica va en contra de los principios fundamentales de la educación superior, la universidad debe ser un espacio inclusivo que promueva el pensamiento crítico, la discusión abierta y el respeto por la diversidad de opiniones, todos los estudiantes deben poder expresar sus ideas y participar en debates constructivos sin temor a ser estigmatizados o tratados de forma despectiva.
Estigmatizar o tratar mal a alguien en la universidad debido a su disidencia ideológica va en contra de los principios fundamentales de la educación superior, la universidad debe ser un espacio inclusivo que promueva el pensamiento crítico, la discusión abierta y el respeto por la diversidad de opiniones, todos los estudiantes deben poder expresar sus ideas y participar en debates constructivos sin temor a ser estigmatizados o tratados de forma despectiva.
Pero en la ASAB, Facultad de Artes de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas en Bogotá, me sucedió todo lo contrario y durante mis estudios en la Maestría en Estudios Artísticos fui sometido a un régimen ideológico que llegó incluso a afectar mis calificaciones solamente por no estar de acuerdo con la nueva ideología de género, el feminismo rabioso y radical y las corrientes LGTBI+ que hoy por hoy se han tomado la facultad y no permiten que alguien que piense diferente o contrario a ellos pueda ser parte de la comunidad académica sin problemas.
Estos hechos sucedieron entre 2014 y 2017 cuando los estudios de género eran una novedad, no sé en la actualidad como lo estén manejando pero algunos maestros y alumnos que no comulgamos con estas ideologías nos tuvimos que enfrentar al rechazo, a los conflictos y confrontaciones, tanto que una vez pensé en abandonar mis estudios porque el ambiente no es un ambiente académico, entre las corrientes decolonizadoras, feministas y de género, pareciera que por su agresividad y por como abordan a los disidentes y opositores con violencia y segregación no están interesados en discusiones académicas sino en adoctrinar.
En la ASAB, ir en contra de las teorías de estas corrientes es asegurarse una pelea con los profesores o con los alumnos en su mayoría pertenecientes a estas corrientes, tienen todo configurado para eso, el que es identificado como hombre heterosexual es marcado como el enemigo inmediatamente… bueno, a menos que necesiten que un simio patriarcal de esos las acompañe a las 10 de la noche a tomar un Transmilenio o que intervenga para que algunos ruidosos permitan dictar la clase, ahí la fuerza bruta y la opresión del macho si les funciona.
La realidad es que en las instituciones educativas no siempre se cumple el ideal académico, algunas personas pueden tener posturas más radicales o intolerantes, lo que puede llevar a comportamientos de estigmatización o discriminación hacia aquellos que discrepan y lo más extraño es que parece que quienes no quieren aceptar a nadie diferente a ellos son sencillamente los que han impuesto ser aceptados por ser diferentes, es un pensamiento algo vacío, sin fundamente y hasta ridículo.
La academia, en su esencia, valora la libertad de pensamiento, la diversidad de ideas y el intercambio abierto de conocimientos, son principios fundamentales que respaldan la búsqueda de la verdad y el desarrollo intelectual en un entorno educativo, si bien muchos entornos académicos se esfuerzan por ser inclusivos y respetar la libertad ideológica, también pueden surgir desafíos y tensiones con la presencia de sesgos ideológicos o la intolerancia hacia las ideas disidentes no es desconocida en algunos casos como me sucedió en la ASAB, dicho de una manera clara, si yo no era Gay, trans o perteneciente a alguna corriente de estas y si creo en la familia conformada por hombre y mujer y no estoy de acuerdo con que hay que demandar a Cristobal Colón por colonizarnos y debo adorar las creencias ancestrales de los indígenas, entonces soy un estudiante de quinta categoría, no merezco pertenecer a la facultad. Eso fue lo que me hicieron sentir, y teniendo en cuenta que no solo estoy en contra de la agenda que pretende vender que la ideología de género es lo correcto y que mi familia proviene de antepasados de otras tierras y no tengo el arraigo colombiano, la actitud de la comunidad estudiantil no solo fue agresiva, estúpida, sino que destruye por completo la complejidad y la belleza del ambiente académico. Supongo que sucede en otras universidades del mundo y en otras comunidades.
Es importante destacar que la libertad ideológica no significa que todas las ideas sean igualmente válidas o que deban ser aceptadas sin cuestionamiento, la academia se basa en el pensamiento crítico, la investigación y el análisis riguroso. Las ideas deben ser evaluadas y debatidas con base en su mérito intelectual, respaldadas por evidencia y razonamiento sólido no por pasiones o por pensar que el mundo interno es el real.
En el caso de la ASAB, una universidad pública de una democracia donde prevalece el estado de derecho, discriminar a un estudiante por no alinearse con una ideología dominante o de moda es un asunto muy serio, la discriminación ideológica va en contra de los principios fundamentales de igualdad, libertad y diversidad de opiniones que deberían prevalecer en un entorno académico, en una democracia, se espera que las universidades promuevan la libertad de pensamiento, el debate abierto y la tolerancia hacia diferentes perspectivas. Los estudiantes deberían tener la libertad de expresar sus opiniones y creencias, siempre y cuando no promuevan la violencia o la discriminación hacia otros.
La ASAB en este caso se ha puesto la bandera para instalar en todos sus estudiantes corrientes de pensamiento vendiendolas como si fueran un dogma y como si fueran la realidad, quien no piense así está mal:
Feminismo: Movimiento social y una teoría que aboga por la igualdad de género, buscando cuestionar y eliminar las desigualdades y opresiones basadas en el género. Hay diferentes corrientes dentro del feminismo, como el feminismo liberal, el feminismo radical, el feminismo interseccional, entre otros, que enfatizan diferentes aspectos de la lucha por la igualdad de género. El feminismo que se impone es el rabioso, el que busca eliminar la figura masculina, el que pretende que todos los hombres heterosexuales son un peligro para las mujeres y para la sociedad, el que busca debilitar la figura del hombre de familia.
Estudios de género: Los estudios de género son un campo académico interdisciplinario que investiga y analiza la construcción social del género y su influencia en la sociedad. Se centra en comprender cómo las normas y las identidades de género se forman, cómo se mantienen las desigualdades de género y cómo estas afectan a las personas y las estructuras sociales. Estos estudios desconocen la biología como la característica que asigna el género y en caso extremos puede llegar a permitir por ejemplo que la pedofilia no es un delito sino una condición aceptable, estos estudios desconocen o minimizan el papel de la biología y la naturaleza humana en la determinación del género; promueven una agenda política e ideológica que busca imponer una visión relativista y subjetiva del género; que fomentan el feminismo radical, el aborto, la homosexualidad y otras prácticas que pueden ser contrarias a los valores morales y religiosos de algunas sociedades y personas pero no permiten y de hecho atacan fuertemente a quienes tienen esas creencia; generan confusión y conflicto entre los individuos y las familias al cuestionar sus roles y expectativas de género.
Estudios poscoloniales: Los estudios poscoloniales examinan las relaciones de poder, el colonialismo y la resistencia en el contexto de los legados coloniales. Cuestionan las formas en que el colonialismo ha afectado y sigue afectando las identidades, culturas y sociedades, y exploran estrategias para la descolonización y la igualdad. Para ellos toda expresión que no provenga de lo que llaman “pueblos ancestrales” es una afrenta para la sociedad que quieren construir, lamentablemente tambien son personas que discriminan lo que no sea de su agrado y lo ridiculizan, estos estudios se basan en una visión simplista y maniquea de la historia, donde los colonizadores son siempre los malos y los colonizados siempre las víctimas; ignoran o niegan las contribuciones positivas del colonialismo al desarrollo económico, político y cultural de las sociedades colonizadas, exaltan acríticamente las culturas e identidades locales, sin reconocer sus contradicciones y problemas internos y adoptan una postura victimista y resentida que impide el diálogo y la cooperación entre las diferentes culturas.
Teoría crítica/radical: Ellos buscan desafiar y transformar las estructuras y relaciones sociales que según ellos son opresivas. Analiza las formas en que el poder y las estructuras de dominación afectan la sociedad, y busca promover la emancipación y la justicia social, pero el problema es que generalmente se fundamenta en una concepción negativa y pesimista de la realidad, donde todo está determinado por el conflicto, la explotación y la alienación; que rechaza o descalifica cualquier forma de pensamiento o acción que no coincida con su visión crítica y revolucionaria; que propone utopías irrealizables e inviables que pueden conducir al totalitarismo, la violencia y el caos social; que carece de rigor científico y metodológico, basándose más en la ideología y la retórica.
Lo interesante es que estamos hablando de una facultad de artes que se está convirtiendo más en una facultad Queer de estudios sociológicos y de filosofía basada en las teorías anteriormente mencionadas, en donde no existe cabida para otra cosa que no sea esa realidad y en donde las artes lamentablemente están avanzando poco y consumiéndose en el odio y las diferencias de los cientos de bandos que ahora tienen banderas de todos los colores. Igual no está mal, pero la formación de una carrera en Música debe ser en Música, de teatro en Teatro y así sucesivamente ¿Que tiene que ver tu sexualidad y tus creencias con todo esto? La ASAB debería abrir una carrera o una maestría en Estudios de Género o de para esto y no encajarlo a "lo maldita sea" en cada clase.
Estos hechos sucedieron entre 2014 y 2017 cuando los estudios de género eran una novedad, no sé en la actualidad como lo estén manejando pero algunos maestros y alumnos que no comulgamos con estas ideologías nos tuvimos que enfrentar al rechazo, a los conflictos y confrontaciones, tanto que una vez pensé en abandonar mis estudios porque el ambiente no es un ambiente académico, entre las corrientes decolonizadoras, feministas y de género, pareciera que por su agresividad y por como abordan a los disidentes y opositores con violencia y segregación no están interesados en discusiones académicas sino en adoctrinar.
En la ASAB, ir en contra de las teorías de estas corrientes es asegurarse una pelea con los profesores o con los alumnos en su mayoría pertenecientes a estas corrientes, tienen todo configurado para eso, el que es identificado como hombre heterosexual es marcado como el enemigo inmediatamente… bueno, a menos que necesiten que un simio patriarcal de esos las acompañe a las 10 de la noche a tomar un Transmilenio o que intervenga para que algunos ruidosos permitan dictar la clase, ahí la fuerza bruta y la opresión del macho si les funciona.
La realidad es que en las instituciones educativas no siempre se cumple el ideal académico, algunas personas pueden tener posturas más radicales o intolerantes, lo que puede llevar a comportamientos de estigmatización o discriminación hacia aquellos que discrepan y lo más extraño es que parece que quienes no quieren aceptar a nadie diferente a ellos son sencillamente los que han impuesto ser aceptados por ser diferentes, es un pensamiento algo vacío, sin fundamente y hasta ridículo.
La academia, en su esencia, valora la libertad de pensamiento, la diversidad de ideas y el intercambio abierto de conocimientos, son principios fundamentales que respaldan la búsqueda de la verdad y el desarrollo intelectual en un entorno educativo, si bien muchos entornos académicos se esfuerzan por ser inclusivos y respetar la libertad ideológica, también pueden surgir desafíos y tensiones con la presencia de sesgos ideológicos o la intolerancia hacia las ideas disidentes no es desconocida en algunos casos como me sucedió en la ASAB, dicho de una manera clara, si yo no era Gay, trans o perteneciente a alguna corriente de estas y si creo en la familia conformada por hombre y mujer y no estoy de acuerdo con que hay que demandar a Cristobal Colón por colonizarnos y debo adorar las creencias ancestrales de los indígenas, entonces soy un estudiante de quinta categoría, no merezco pertenecer a la facultad. Eso fue lo que me hicieron sentir, y teniendo en cuenta que no solo estoy en contra de la agenda que pretende vender que la ideología de género es lo correcto y que mi familia proviene de antepasados de otras tierras y no tengo el arraigo colombiano, la actitud de la comunidad estudiantil no solo fue agresiva, estúpida, sino que destruye por completo la complejidad y la belleza del ambiente académico. Supongo que sucede en otras universidades del mundo y en otras comunidades.
Es importante destacar que la libertad ideológica no significa que todas las ideas sean igualmente válidas o que deban ser aceptadas sin cuestionamiento, la academia se basa en el pensamiento crítico, la investigación y el análisis riguroso. Las ideas deben ser evaluadas y debatidas con base en su mérito intelectual, respaldadas por evidencia y razonamiento sólido no por pasiones o por pensar que el mundo interno es el real.
En el caso de la ASAB, una universidad pública de una democracia donde prevalece el estado de derecho, discriminar a un estudiante por no alinearse con una ideología dominante o de moda es un asunto muy serio, la discriminación ideológica va en contra de los principios fundamentales de igualdad, libertad y diversidad de opiniones que deberían prevalecer en un entorno académico, en una democracia, se espera que las universidades promuevan la libertad de pensamiento, el debate abierto y la tolerancia hacia diferentes perspectivas. Los estudiantes deberían tener la libertad de expresar sus opiniones y creencias, siempre y cuando no promuevan la violencia o la discriminación hacia otros.
La ASAB en este caso se ha puesto la bandera para instalar en todos sus estudiantes corrientes de pensamiento vendiendolas como si fueran un dogma y como si fueran la realidad, quien no piense así está mal:
Feminismo: Movimiento social y una teoría que aboga por la igualdad de género, buscando cuestionar y eliminar las desigualdades y opresiones basadas en el género. Hay diferentes corrientes dentro del feminismo, como el feminismo liberal, el feminismo radical, el feminismo interseccional, entre otros, que enfatizan diferentes aspectos de la lucha por la igualdad de género. El feminismo que se impone es el rabioso, el que busca eliminar la figura masculina, el que pretende que todos los hombres heterosexuales son un peligro para las mujeres y para la sociedad, el que busca debilitar la figura del hombre de familia.
Estudios de género: Los estudios de género son un campo académico interdisciplinario que investiga y analiza la construcción social del género y su influencia en la sociedad. Se centra en comprender cómo las normas y las identidades de género se forman, cómo se mantienen las desigualdades de género y cómo estas afectan a las personas y las estructuras sociales. Estos estudios desconocen la biología como la característica que asigna el género y en caso extremos puede llegar a permitir por ejemplo que la pedofilia no es un delito sino una condición aceptable, estos estudios desconocen o minimizan el papel de la biología y la naturaleza humana en la determinación del género; promueven una agenda política e ideológica que busca imponer una visión relativista y subjetiva del género; que fomentan el feminismo radical, el aborto, la homosexualidad y otras prácticas que pueden ser contrarias a los valores morales y religiosos de algunas sociedades y personas pero no permiten y de hecho atacan fuertemente a quienes tienen esas creencia; generan confusión y conflicto entre los individuos y las familias al cuestionar sus roles y expectativas de género.
Estudios poscoloniales: Los estudios poscoloniales examinan las relaciones de poder, el colonialismo y la resistencia en el contexto de los legados coloniales. Cuestionan las formas en que el colonialismo ha afectado y sigue afectando las identidades, culturas y sociedades, y exploran estrategias para la descolonización y la igualdad. Para ellos toda expresión que no provenga de lo que llaman “pueblos ancestrales” es una afrenta para la sociedad que quieren construir, lamentablemente tambien son personas que discriminan lo que no sea de su agrado y lo ridiculizan, estos estudios se basan en una visión simplista y maniquea de la historia, donde los colonizadores son siempre los malos y los colonizados siempre las víctimas; ignoran o niegan las contribuciones positivas del colonialismo al desarrollo económico, político y cultural de las sociedades colonizadas, exaltan acríticamente las culturas e identidades locales, sin reconocer sus contradicciones y problemas internos y adoptan una postura victimista y resentida que impide el diálogo y la cooperación entre las diferentes culturas.
Teoría crítica/radical: Ellos buscan desafiar y transformar las estructuras y relaciones sociales que según ellos son opresivas. Analiza las formas en que el poder y las estructuras de dominación afectan la sociedad, y busca promover la emancipación y la justicia social, pero el problema es que generalmente se fundamenta en una concepción negativa y pesimista de la realidad, donde todo está determinado por el conflicto, la explotación y la alienación; que rechaza o descalifica cualquier forma de pensamiento o acción que no coincida con su visión crítica y revolucionaria; que propone utopías irrealizables e inviables que pueden conducir al totalitarismo, la violencia y el caos social; que carece de rigor científico y metodológico, basándose más en la ideología y la retórica.
Lo interesante es que estamos hablando de una facultad de artes que se está convirtiendo más en una facultad Queer de estudios sociológicos y de filosofía basada en las teorías anteriormente mencionadas, en donde no existe cabida para otra cosa que no sea esa realidad y en donde las artes lamentablemente están avanzando poco y consumiéndose en el odio y las diferencias de los cientos de bandos que ahora tienen banderas de todos los colores. Igual no está mal, pero la formación de una carrera en Música debe ser en Música, de teatro en Teatro y así sucesivamente ¿Que tiene que ver tu sexualidad y tus creencias con todo esto? La ASAB debería abrir una carrera o una maestría en Estudios de Género o de para esto y no encajarlo a "lo maldita sea" en cada clase.
Atención, no estoy atacando el derecho de nadie a ser como quiera ser, estoy defendiendo el derecho a ser yo lo que yo quiera ser sin ser atacado por serlo.
Felipe Szarruk
Doctorando en Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid, Magister en Estudios Artísticos, Músico y Comunicador Social. Fundador de la red de Medios Subterránica. Foto de Pexels.